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El Parlamento británico comienza el debate para votar sobre la ley de suicidio asistido

Si se pronuncian en contra quedará anulada, como ocurrió en 2015 y otros intentos anteriores sobre esta cuestión en el Reino Unido

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  • Londres. -

La Cámara de los Comunes (baja) británica ha iniciado el debate que culminará en la votación este viernes de una proposición de ley presentada por la diputada laborista Kim Leadbeater para legalizar en Inglaterra y Gales el suicidio asistido.

Los diputados empezaron a expresar sus opiniones a las 9:30 GMT y, si todo sale como se prevé, antes de las 14:30 GMT se realizará una votación, en la que tendrán libertad de sufragio ya que los partidos políticos consideran que se trata de un asunto de conciencia.

Si los legisladores votan a favor de la norma en esta primera fase, ésta proseguirá su trámite parlamentario con la presentación de enmiendas y escrutinio en la Cámara de los Lores (alta), previo a un voto final que aún tardaría meses.

Si se pronuncian en contra quedará anulada, como ocurrió en 2015 y otros intentos anteriores sobre esta cuestión en el Reino Unido.

El llamado proyecto de Ley de fin de vida para adultos con enfermedades terminales, propuesto no por el Gobierno sino por la mencionada diputada como es su prerrogativa, legalizaría en Inglaterra y Gales que los mayores de 18 años que padecen una enfermedad terminal reciban asistencia para morir.

Escocia estudia una legislación propia y no hay planes en Irlanda del Norte.

A diferencia de propuestas pasadas, la iniciativa de Leadbeater impone más requisitos a los interesados y convierte en delito, con penas de hasta 14 años, presionar, coartar o engañar a alguien para que se quite la vida o declare que quiere acabar con ella.

Los interesados deben ser residentes de Inglaterra o Gales y llevar al menos 12 meses registrados con un médico de cabecera, además de tener una expectativa de vida de menos de seis meses.

Han de tener la capacidad mental para tomar la decisión y se debe considerar que han expresado un deseo "claro, firme e informado, libre de coerción o presión".

Los afectados tendrán que hacer dos declaraciones separadas, con testigos y firmadas, sobre su deseo de morir, y deberán someterse a la evaluación de dos médicos y obtener una orden judicial.

El texto a debate dispone que, aunque un médico podría preparar el compuesto letal, debe ser la persona misma quien lo tome. Nadie más estaría autorizado a administrarlo.

La cuestión del suicidio asistido -que, según las encuestas, tiene apoyo popular- ha dividido a la clase política británica, lo que hace impredecible el resultado de este voto. Se desconoce también cómo se pronunciará el primer ministro laborista, Keir Starmer, aunque en el pasado lo respaldó.

Figuras destacadas como el antiguo 'premier' conservador David Cameron han defendido públicamente la legislación, mientras que se han opuesto sus homólogos Gordon Brown (laborista) y las 'tories' Theresa May y Liz Truss. Existe también una diversidad de opiniones entre los diputados de todas las formaciones.

A las puertas del Parlamento se manifiestan este viernes diversas organizaciones, incluidas de personas con discapacidades, tanto a favor como en contra del proyecto legislativo. 

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