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Un beso, una flor y un partidazo para que La Rosaleda se despida del 2024

Sensacional triunfo del Málaga CF ante el Eldense (3-0), partido que controló en todo momento y en el que le anularon tres goles

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  • Antoñito Cordero, besándose el escudo del Málaga CF. -

Decía el gran Nino Bravo aquello de "al partir, un beso y una flor...". La Rosaleda partía hacia un nuevo año este miércoles en el choque ante el Eldense y se despedía con ello de un 2024 que quedará grabado en la memoria de todo malaguista, tras el ascenso a Segunda División.

El encuentro era propicio para llevarse buen bote: Navidad, una afición entregada y un rival que llegaba en puestos de descenso. Todo invitaba a vivir una noche mágica y así fue.

Los primeros compases del encuentro fueron frenéticos. Ambos equipos fueron al ataque sin complejos, como si no coparan la parte baja de la clasificación. De este toma y daca inicial, fue el conjunto blanquiazul el que se llevó el premio gordo.

Antoñito Cordero, al que Sergio Pellicer le dio la titularidad, se inventó una jugada, con recorte dentro del área incluido y chut al palo contrario para poner el 1-0. El canterano, con su renovación todavía como asunto de Estado, se besó el escudo e hizo un gesto de quedarse. Curioso cuanto menos, veremos si también significativo.

El gol dio alas a un Málaga que fue con decisión a por el segundo. Larrubia, con una jugada muy similar a la de Cordero, pero por el lado contrario, obligó a Mackay a tirarse al suelo para despejar un buen tiro.

Los de Sergio Pellicer seguían apretando en el área contraria. Einar Galilea anotó el segundo gol del encuentro, tras un saque de esquina al segundo palo y un rechace que acabó en sus pies. Desafortunadamente, la jugada quedó invalidada porque el centro previo había salido por la línea de fondo.

La Rosaleda tenía ganas de fiesta y el equipo se la ofreció. Todavía no se había llegado a la media hora de encuentro y ya teníamos el 2-0. Esta vez sí, subió al marcador. Dani Sánchez centró al segundo palo, la defensa no acertó en el despeje y Nelson Monte, con la caña preparada, remató al fondo de las mallas.

El equipo alicantino, mientras tanto, era un flan en defensa. Gabilondo estuvo a punto de anotar un nuevo gol tras una internada en el área y chut posterior con la izquierda que se marchó rozando el poste.

Más cuesta arriba si cabe se le puso la cosa al Eldense en el minuto 42. Martos, que había recibido su primera tarjeta amarilla minutos antes, vio la segunda tras cortar un claro contraataque blocando a Lobete.

La jugada extraña del encuentro llegó al borde del descanso. Cordero iba a internarse en el área y Fran Gámez cometió sobre él una clara falta cuando no había más defensores por detrás. El colegiado señaló falta, sacó tarjeta amarilla y, posteriormente, fue avisado por el VAR.

Con la posibilidad de sacar tarjeta roja sondeando el ambiente, el trencilla se apartó del monitor para, de forma sorprendente, señalar fuera de juego de Cordero y retirarle la amarilla a Gámez.

La segunda mitad comenzó con un caramelito de Cordero, que la puso con nieve al corazón del área, donde esperaba Baturina, aunque su cabezazo, completamente solo, se marchó fuera.

Instantes después, el delantero croata, con un símbolo de rabia, se sacó un zapatazo desde más de 30 metros que reventó el larguero.

El Málaga iba con convicción a por el tercero, que llegó tras una asistencia de Dani Sánchez y un cabezazo de Lobete en el primer palo. No obstante, este tanto también fue anulado por un fuera de juego posicional de Galilea, que influyó en Timor.

El surrealismo rozó lo ridículo en el 68'. David Larrubia mandó al fondo de la red un centro de Dani Sánchez desde la banda izquierda. Sin embargo, el colegiado anuló de nuevo el gol, en este caso por influencia previa de Dioni.

Con el choque ya prácticamente resuelto, el malaguismo comenzó a disfrutar como nunca, a base de villancicos y un sonoro '¿dónde están los balones?', cuando entró al terreno de juego Alan Godoy. Hasta hubo tiempo de que los 21.100 asistentes hicieran la ola. Todo precioso por Martiricos.

La guinda del pastel la puso Kevin Medina en el tiempo añadido, con un disparo de falta que se coló por la escuadra de Ian Mackay. Y eso que no era ni su perfil bueno. Un 3-0 redondo que deja al Málaga con 27 puntos y da un paso de gigante en la lucha por la permanencia.

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