Un hombre ha sido condenado por la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Málaga a una pena total de 20 años de prisión por agredir sexualmente a cuatro menores, con edades comprendidas entre los 5 y 14 años, todas ellas miembros de su familia.
El procesado, que ha sido condenado por cuatro delitos continuados de abuso sexual, tendrá que indemnizar a cada una de las víctimas con 3.000 euros, en concepto de responsabilidad civil, por el daño moral causado, según la sentencia, a la que ha tenido acceso EFE.
Además se le prohíbe aproximarse a menos de 500 metros y comunicarse con las menores por cualquier medio o procedimiento por el periodo de seis años y libertad vigilada, también durante seis años, para su cumplimiento después de la ejecución de las penas privativas de libertad.
El tribunal destaca en los fundamentos de derecho que las menores no presentaron ningún móvil de odio, resentimiento o venganza; más al contrario, sus relaciones previas eran perfectamente normales y las propias de un tío y sus sobrinas. Además no han incurrido en contradicciones ni en dudas ni titubeos, pese a su malestar y nerviosismo en el momento del juicio.
Los magistrados señalan que pese a los años transcurridos, las niñas han relatado los diferentes episodios y han argumentado que no dijeron nada por vergüenza y miedo y que ni entre ellas habían hablado del tema.
El procesado durante el juicio no reconoció los hechos y solo admitió haber jugado con ellas, tirándolas a la piscina y negando expresamente todas las agresiones y haber vulnerado la libertad sexual de las mismas.
Los hechos se remontan a las temporadas de verano del 2010 al 2012 normalmente cuando las niñas jugaban en la piscina.
Según señala la resolución, a una de las sobrinas, de unos once años en ese momento, le realizaba tocamientos estando dentro de la piscina, "a modo de juego", haciéndolo en varias ocasiones durante el verano.
En el caso de otra sobrina, hermana mayor de la anterior, con unos 14 años, los abusos eran en el dormitorio que el acusado tenía en la casa de su madre, con la excusa de mostrarle una colección de mecheros; unos episodios que "se repitieron muchas veces", dice la Sala de Málaga.
Asimismo, a la prima de su sobrina, que tenía en ese momento ocho años, cuando acudía a reuniones familiares en casa de su tía, también en la piscina, le realizaba tocamientos. Y a una sobrina de cinco años, el acusado "la sentaba sobre sus piernas" para realizar ese tipo de hechos y también una vez en la piscina.
El Tribunal señala que "ciertamente han pasado diez años hasta que las menores interponen su denuncia, pero todas ellas recuerdan lo ocurrido, sin que en el momento en que tuvieron lugar los hechos fueran muy conscientes del significado de tales hechos".
"Pese a los años transcurridos, las menores han relatado los diferentes episodios, y pese a que a algunas de ellas les ha supuesto un verdadero esfuerzo rememorar, volver a contar lo que les ocurrió cuando eran niñas, no han exagerado ni dramatizado la situación", señala la Sala.