En el Mercado de Salamanca, los días previos a Nochevieja tienen un ritmo propio que combina la calma relativa del 30 de diciembre con el caos absoluto que siempre llega el 31. “Hoy es un día tranquilo. Hay movimiento, pero mañana es la locura. Es el último día para comprar marisco, y eso siempre dispara las ventas”, explica un vendedor especializado en productos del mar. Este año, las previsiones no cambian: el 31 será el día de mayor afluencia, con clientes que apuran hasta el último momento para adquirir los ingredientes estrella de sus cenas de fin de año.
El marisco lidera, como siempre, las preferencias de los consumidores. Almejas, mejillones y navajas son los productos más demandados, mientras que otros, como el calamar o la dorada, suelen reservarse para compras de última hora. “Ya casi todo lo que es sopa o preparaciones largas está hecho. La gente viene más a por lo fresco, como marisco o pescado, y eso siempre lo dejan para el final”, añade el comerciante.
Aunque los precios en el mercado han estado bajo la lupa en los últimos años, este diciembre no ha traído sorpresas significativas en algunos productos. “Los precios se mantienen. Cuando algo está caro, ya viene caro desde hace tiempo. No es cosa de un día. El rape, la rosada o el calamar llevan caros todo el año, así que aquí no hay grandes cambios de última hora”, comenta otro de los trabajadores, quien destaca que las decisiones de compra no se ven demasiado afectadas por estas cifras.
No solo los puestos de mariscos y pescados se preparan para el aluvión de clientes. Las fruterías también tienen su protagonismo en estas fechas, especialmente con las uvas de fin de año y las frutas tropicales. “Hoy ya hay movimiento, pero mañana será más. Las uvas son lo que más se llevan, claro, pero también frutas como fresas, mangos y otras más exóticas. Quedan muy bonitas en la mesa y son cosas que no se comen durante el año”, explica el encargado de un negocio de frutas. Sin embargo, admite que los precios invernales están algo más altos debido al frío. “Es normal en esta época, pero se mantiene estable dentro de lo caro que siempre está todo”.
A pesar del ambiente tradicional de las compras navideñas, algunos vendedores señalan que este año ha sido más tranquilo que los anteriores, algo que atribuyen a posibles dificultades económicas. “Este año se nota que hay menos dinero o que la gente no tiene tantas ganas de cocinar. Nosotros preparamos mucho producto elaborado, pero este año se están llevando más chuletas o cortes sencillos. La gente busca cosas rápidas y prácticas”, detalla un carnicero. No obstante, está seguro de que el 31 recuperará el movimiento habitual. “Ese día siempre vienen los ‘escarriaos’, los que no saben qué comprar y se llevan lo que encuentran. Es un clásico.”
El Mercado de Salamanca, como todos los de la capital, se convierte así en un hervidero de actividad cuando se acerca el último día del año. Cada comerciante, desde pescaderos hasta fruteros y carniceros, coincide en algo: la locura de las compras de última hora es inevitable. “Mañana vendrá todo el mundo, sin saber muy bien qué llevar. Pero, al final, nadie quiere quedarse sin celebrar la Nochevieja con su mesa llena de cosas ricas. Es tradición, y eso no cambia”, concluye uno de los entrevistados.
Así, entre prisas, tradiciones y cierta nostalgia por los años anteriores, se afronta el cierre del año, ofreciendo los ingredientes para que las familias malagueñas despidan el 2024 de la mejor manera posible.
