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Málaga

'El árbitro de la paz' publica su novela sobre valores deportivos que se descarga gratis

El libro del árbitro malagueño Ángel Andrés Jiménez Bonillo se llama 'El árbitro de la paz y el equipo Campeones', formativo sobre los valores en el deporte

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  • Jiménez, al 'Ábtiro de la plaz' -
  • Jiménez lleva casi 18 años defendiendo y promoviendo la educación, la honestidad y la deportividad en todos los estamentos del fútbol base

El árbitro malagueño Ángel Andrés Jiménez Bonillo acaba de publicar su primera novela 'El árbitro de la paz y el equipo Campeones', un relato en el que el autor, que desde hace años lleva por sobrenombre precisamente el de 'árbitro de la paz', narra la historia de un grupo de amigos y amigas que crean su propio equipo de fútbol; la de Victoria, una entrenadora muy especial; y la de Simón, un joven árbitro que simboliza la evolución del propio escritor de este relato educativo.

Los padres y madres tienen mucha importancia, muchísima. A mí me encanta que estén en los partidos y animen, que ayuden a generar buen ambiente, que los niños miren a la grada y los vean allí, porque eso les agrada mucho, les da mucha fuerza; pero por favor, que no den instrucciones, que no se metan

Y es que tal y como explica Ángel Jiménez a Europa Press, la evolución de Simón tiene un claro paralelismo, aunque ficcionado, con su historia, toda vez que este filólogo que comenzó su dedicación arbitral de forma amateur en el Colegio Maravillas de Benalmádena (Málaga), donde a día de hoy imparte clases de Lengua y Religión, lleva casi 18 años defendiendo y promoviendo la educación, la honestidad y la deportividad en todos los estamentos del fútbol base: jóvenes jugadores, padres y madres, entrenadores y clubes.

Y es que en 2006, cuando Ángel Jiménez, además de profesor, ya ejercía por segunda vez como árbitro federado en fútbol base, decidió enfrentarse con una rotunda determinación al insulto de un padre desde la grada. Y no consintió que el partido continuara mientras hubiera ofensas durante el juego, a pesar de que el espectador se obstinaba en no retirar su insulto bajo la excusa de haber pagado una entrada que, según su criterio, le permitía insultar a quien quisiera.

En la actualidad en el fútbol hay un protocolo contra la violencia verbal (por otra parte, muy similar al que ideó este árbitro), pero en aquel momento, no había nada. "Yo creé mi propio protocolo: primer insulto, paramos; segundo insulto, llamamos a la Policía; y tercer insulto, suspensión del partido", explica Jiménez, que en aquel entonces se ganó el sobrenombre de 'árbitro de la paz'.

Su protocolo era sencillo y eficaz, y del mismo dejaba constancia en sus actas arbitrales. "Antes del comienzo del partido me reúno con entrenadores, jugadores, delegados y con las personas que estén en el campo y deseen asistir a una charla para exponerles que como el deporte debe ser siempre ejemplo de respeto, no permito insultos durante el juego", detalla, y puntualiza que sus apelaciones se fundamentan en artículos de los Derechos Humanos, de la Constitución Española, además de en la propia esencia del deporte.

El árbitro de la paz se volvió mediático y viral cuando la Policía intervino en uno de sus partidos en 2007. Medios de comunicación, Federación de Fútbol y Comité de Árbitros empezaron a prestarle atención, "para bien o para mal", según Jiménez, que agradece el trato que a su figura le han realizado los periodistas o deportistas de élite que se han fijado en él y aplaudido o difundido los vídeos con sus acciones.

Casualidad o no, después de la 'viralización' de las charlas y de la forma de actuar del árbitro de la paz, se estableció un protocolo contra la violencia verbal en los campos de fútbol. Una popularización de sus gestos que Ángel Jiménez, al igual que con su libro recién publicado, aprovechó para seguir impulsando los valores de la educación, la honestidad, el compañerismo, el respeto o la deportividad, entre otros.

PLATAFORMA 090 Y LOS VAR DE LA AFICIÓN Y LA HONESTIDAD

A pesar de una nueva retirada del arbitraje en el fútbol federado, la difusión de la labor del árbitro de la paz ha continuado y continúa en aquellos ámbitos en los que se ha requerido a Ángel Jiménez para defender sus principios y su postura en la defensa de la educación deportiva, la cual, en su momento, resultaba innovadora y, por tanto, pionera.

El árbitro de la paz se alió con la plataforma 090 (Cero violencia en 90 minutos), un programa del Área de Deportes del Ayuntamiento de Málaga cuya misión es prevenir y erradicar la violencia en el deporte base.

"Me propusieron como embajador de la plataforma, lo cual acepté ya que el objetivo fundamental de la misma, además de erradicar la violencia de los campos de juego, pasa también por conseguir que Málaga sea un modelo de defensa del juego limpio, y hacer de la práctica del fútbol un elemento educativo e integrador, donde se realcen los valores más importantes del deporte en una labor junto a todos los agentes implicados", explica.

Ya de la mano de 090, 'el arbitro de la paz' vuelve a ser pionero con el VAR de la afición y el VAR de la honestidad, preceptos gestados por Jiménez cuando el ahora ya conocido 'Video Assistant Referee' (VAR) ni siquiera existía, y que ahora son santo y seña de la plataforma.

"Es tan importante el ver, animar, respetar (VAR) no solamente por la parte de respetar, de que no se escuche nada que sea ofensivo, absolutamente ningún insulto, ninguna amenaza, que se haga un uso de un lenguaje correcto y que haya un ambiente cálido y lo más fraternal posible, que es lo que tiene que ser el deporte siempre. Pero aparte, la parte de animar es muy importante porque hay padres y madres que durante los partidos se dedican a dar demasiadas instrucciones", detalla Jiménez, que ha dedicado una importante en su libro a incidir en este asunto.

"Los padres y madres tienen mucha importancia, muchísima. A mí me encanta que estén en los partidos y animen, que ayuden a generar buen ambiente, que los niños miren a la grada y los vean allí, porque eso les agrada mucho, les da mucha fuerza; pero por favor, que no den instrucciones, que no se metan en el trabajo de los entrenadores ni en el del árbitro. Si cada uno hace su parte bien hecha, ganamos todos", considera.

Y sobre el VAR de la honestidad, Jiménez explica que fue un precepto que le vino inspirado en uno de sus arbitrajes en su colegio cuando, ante un lance que no pudo ver adecuadamente, se le ocurrió preguntar al portero si había tocado la pelota antes de que esta saliera del campo y el jugador contestó honestamente que sí: "Gracias a la honestidad de ese chico se me abrió la idea de que todos durante el juego pueden y deben aportar al mismo para que haya justicia".

"Yo pido en las charlas de principio del partido que si me equivoco, por favor me lo digan, porque yo me voy a equivocar siempre. Todos los que jugamos y todos en la vida como humanos que somos nos vamos a equivocar", relata.

Al árbitro de la paz le han querido rebatir este VAR de la honestidad bajo una acusación de "falta de autoridad" del árbitro, que rechaza de plano: "No, yo considero que no es perder autoridad. Reconocer un error es ganar autoridad porque estás diciendo 'la última palabra la tengo yo, correcto', pero yo puedo recibir ayuda de los demás igual que un juez que tiene que decidir quién es inocente o culpable, recoge pruebas y escucha a las partes sin perder autoridad", reflexiona.

'EL ÁRBITRO DE LA PAZ Y EL EQUIPO CAMPEONES'

La primera novela de Ángel Jiménez, que actualmente arbitra partidos en la liga Ciudad de Málaga de fútbol base, se titula 'El árbitro de la paz y el equipo Campeones' y está publicada por la plataforma 090, en cuya web se puede descargar gratis.

"Pensé que un libro puede ser una buena forma de llegar a la gente, de recoger muchas historias... Al fin y al cabo el árbitro de la paz y el equipo Campeones no dejan de ser todo lo que yo he vivido y también lo que me gustaría. Hay cosas que he vivido y hay otras muchas que son las que yo creo que debe ser el deporte, sobre todo el deporte de base", ha apuntado.

Niños y niñas que desde pequeños juegan juntos al fútbol se embarcan en la aventura de crear su propio club, 'Campeones'. Su camino se cruzará con el de Victoria, una entrenadora muy especial, y con el de Simón, el árbitro de la paz, a cuyo desarrollo personal y en el mundo del arbitraje asistimos descubriendo la defensa que este hace de los valores educativos del deporte.

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