Ecologistas en Acción advirtió ayer de las consecuencias que para la provincia de Málaga tiene su exposición a episodios de lluvias torrenciales, “cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático”, como el de la semana pasada, cuando el Guadalhorce alcanzó su máximo histórico llegando a 5,46 metros de altura por Cártama.
¿La causas? Según el colectivo conservacionista, que desde su nacimiento en la Sierra de San Jorge hasta su desembocadura en el Mediterráneo, el río está “profundamente modificado por la actividad industrial, agrícola y urbana”, lo que provoca “la desaparición de gran parte de sus bosques de ribera, de las llanuras de inundación, del cauce ecológico y de la biodiversidad” que un río debe mantener para garantizar su correcto funcionamiento y el equilibrio de los ecosistemas fluviales y, con ello, “nuestra propia salud y seguridad”.
Desde Ecologistas destacaron como a lo largo de la historia la población ha sufrido las consecuencias “devastadoras” de los cambios del uso del suelo de la cuenca hidrográfica del Guadalhorce, que han “provocado la pérdida de su capacidad protectora natural”.
Esto, “evidencia que los servicios ecosistémicos de un río bien conservado aportan grandes beneficios a la sociedad y actúan como una barrera natural ante los desastres climáticos”. A ello se une, que los recursos hídricos que aporta el Guadalhorce son “fundamentales” para el desarrollo económico y social de la provincia además de ser “perfectamente compatibles con la restauración de sus bosques de ribera y demás ecosistemas fluviales tan necesarios para aminorar los efectos del cambio climático”.
A juicio de Tristán González, portavoz de Ecologistas en Acción-Ciudad de Málaga, “el nuevo Reglamento de la Unión Europea para la Restauración de la Naturaleza, aún pendiente de concretar próximamente en el plan español de Restauración, ofrece una oportunidad técnica y económica para apostar por la restauración de los ecosistemas fluviales en los próximos años”. Por ello, indicó, “demandamos a la Junta de Andalucía que promueva la restauración integral de los ríos Guadalhorce y Guadalmedina”.
Lejos de esto, González indicó en un comunicado que existen variados proyectos que “ponen en riesgo” este importante río de nuestra provincia: “Los ríos vivos forman parte de nuestro patrimonio natural. Aportan numerosos beneficios a toda la ciudadanía. Proyectos como la depuradora en la Vega de Mestanza, la presa de Cerro Blanco en Río Grande, el macro proyecto fotovoltaico en la Jara junto al río, la urbanización sobre los Llanos de Matagallar y el hormigonado del Río Guadalmedina suponen un atentado contra entornos naturales de alto valor que son de dominio público,” concluyó González.