El Jerez islámico será la gran novedad del ?nuevo? museo arqueológico
Cuando se abrió el museo en 1992 las excavaciones de este periodo eran escasas
La apertura del Museo Arqueológico, prevista por el Ayuntamiento para primeros del año que viene, supondrá acabar con una larga, demasiado, etapa en la que una institución de estas características ha estado cerrada al público, una situación que ya se ha repetido a lo largo de su historia, no en vano, en su ubicación actual se inauguró en 1.993, tras permanecer once años cerrado, desde 1.982, lo que sin duda es algo incomprensible desde el punto de vista cultural.
Con las obras que ahora se terminarán, el museo va a tener un valor arqueológico incalculable y se convertirá en uno de los elementos dinamizadores de la cultura y el desarrollo económico y social de Jerez.
La tercera fase que queda por hacer consiste en terminar la señalética y expositores de las piezas que se van a exhibir y algunas cuestiones como la reparación de algunos desperfectos, como humedades o repaso de pintura, problemas que se han producido en estos años en los que el museo lleva cerrado.
Este repaso general servirá para corregir los problemas generados en este tiempo y que cuando se abran las puertas, no haya problema alguno que tratar una vez abierto el museo.
Con todo, la gran novedad del ‘nuevo’ museo, además de presentar un aspecto remozado en su totalidad, es que tendrá nuevas salas, como la que se va a dedicar a la Jerez en época islámica.
Cuando se abrió el museo en el año 1992, se habían hecho algunas primeras excavaciones en la ciudad y se conocía algo del periodo almohade. El incremento de las excavaciones arqueológicas que se han realizado a lo largo de los últimos años ha permitido retrotraer los orígenes de la ciudad a finales del siglo IX o principios del siglo X, lo que va a tener su correlato en las piezas arqueológicas que se van a exponer en el museo.
De tener tres vitrinas, que eran las que había en el anterior proyecto museístico dedicadas a Jerez, ya que el grueso de lo expuesto provenía de Mesas de Asta, tras los trabajos de estos últimos años, ahora el peso recaerá sobre la propia ciudad de Jerez.
Así, cuando se abra el museo, no sólo se podrá visitar el Jerez islámico, con reconstrucciones de murallas o de calles o de una casa de época almohade, sino que toda la parte exterior se va a dedicar al Jerez en época medieval cristiana, un momento en el que la ciudad fue una gran potencia a nivel comercial. Hay constancia de un tráfico comercial importante con Italia, con los genoveses y con el puerto de Valencia, lo que igualmente tendrá su correlato en el material arqueológico que se exponga.
cerámica valenciana
De hecho, explicó la directora, Rosalía González el pasado lunes en el transcurso de una visita de la alcaldesa y algunos concejales de su Gobierno municipal, hay una colección de cerámica valenciana del siglo XIV y XV, que los arqueólogos valencianos cuando la han conocido se han sorprendido mucho de ella, pero que no responde más que al comercio y tráfico de mercancías que hubo entre las dos ciudades en ese periodo histórico, lo que a su vez no hace sino corroborar datos conocidos históricamente.
Además, dentro de la edad moderna, a los responsables del museo también les parece importante el intercambio comercial con toda Europa, así como con otras partes del mundo, como lo demuestran restos de porcelana china.
En resumen, el museo mostrará aspectos de Jerez hasta finales del siglo XVIII, siendo lo más novedoso y principal que en el anterior montaje pesaba mucho Mesas de Asta y en este nuevo montaje pesa mucho Jerez porque en estos años se han hecho un gran número de intervenciones arqueológicas privadas por todo el desarrollo urbanístico. Y entre las piezas espectaculares, destacar el ya ‘famoso’ fierro que no se ha expuesto.
Una obra justificada
La situación económica del Ayuntamiento ha llevado a un plan de ajustes y recortes excluyente con inversiones de todo tipo, pero acabar la obra del museo se ha convertido en prioritario para el Gobierno actual. Y la alcaldesa, en la referida visita del pasado lunes así lo hizo saber.
A pesar de la escasez de fondos (el coste de la tercera y última fase es de unos 300.000 euros que ha de aportar íntegramente el Ayuntamiento), María José García Pelayo justificó la obra en el hecho de que los delegados a los que compete el museo le habían manifestado la necesidad de priorizar esta obra. “Una cosa es no embarcarse en cosas nuevas, pero otra muy distinta tener la ciudad a medio hacer. Sería una mala imagen para la ciudad y estamos perdiendo valor para Jerez y, sobre todo, se encarecen en el tiempo porque empiezan a salirle problemas derivados del no uso y el no estar abierto”, explicó a los periodistas.
Con las obras que ahora se terminarán, el museo va a tener un valor arqueológico incalculable y se convertirá en uno de los elementos dinamizadores de la cultura y el desarrollo económico y social de Jerez.
La tercera fase que queda por hacer consiste en terminar la señalética y expositores de las piezas que se van a exhibir y algunas cuestiones como la reparación de algunos desperfectos, como humedades o repaso de pintura, problemas que se han producido en estos años en los que el museo lleva cerrado.
Este repaso general servirá para corregir los problemas generados en este tiempo y que cuando se abran las puertas, no haya problema alguno que tratar una vez abierto el museo.
Con todo, la gran novedad del ‘nuevo’ museo, además de presentar un aspecto remozado en su totalidad, es que tendrá nuevas salas, como la que se va a dedicar a la Jerez en época islámica.
Cuando se abrió el museo en el año 1992, se habían hecho algunas primeras excavaciones en la ciudad y se conocía algo del periodo almohade. El incremento de las excavaciones arqueológicas que se han realizado a lo largo de los últimos años ha permitido retrotraer los orígenes de la ciudad a finales del siglo IX o principios del siglo X, lo que va a tener su correlato en las piezas arqueológicas que se van a exponer en el museo.
De tener tres vitrinas, que eran las que había en el anterior proyecto museístico dedicadas a Jerez, ya que el grueso de lo expuesto provenía de Mesas de Asta, tras los trabajos de estos últimos años, ahora el peso recaerá sobre la propia ciudad de Jerez.
Así, cuando se abra el museo, no sólo se podrá visitar el Jerez islámico, con reconstrucciones de murallas o de calles o de una casa de época almohade, sino que toda la parte exterior se va a dedicar al Jerez en época medieval cristiana, un momento en el que la ciudad fue una gran potencia a nivel comercial. Hay constancia de un tráfico comercial importante con Italia, con los genoveses y con el puerto de Valencia, lo que igualmente tendrá su correlato en el material arqueológico que se exponga.
cerámica valenciana
De hecho, explicó la directora, Rosalía González el pasado lunes en el transcurso de una visita de la alcaldesa y algunos concejales de su Gobierno municipal, hay una colección de cerámica valenciana del siglo XIV y XV, que los arqueólogos valencianos cuando la han conocido se han sorprendido mucho de ella, pero que no responde más que al comercio y tráfico de mercancías que hubo entre las dos ciudades en ese periodo histórico, lo que a su vez no hace sino corroborar datos conocidos históricamente.
Además, dentro de la edad moderna, a los responsables del museo también les parece importante el intercambio comercial con toda Europa, así como con otras partes del mundo, como lo demuestran restos de porcelana china.
En resumen, el museo mostrará aspectos de Jerez hasta finales del siglo XVIII, siendo lo más novedoso y principal que en el anterior montaje pesaba mucho Mesas de Asta y en este nuevo montaje pesa mucho Jerez porque en estos años se han hecho un gran número de intervenciones arqueológicas privadas por todo el desarrollo urbanístico. Y entre las piezas espectaculares, destacar el ya ‘famoso’ fierro que no se ha expuesto.
Una obra justificada
La situación económica del Ayuntamiento ha llevado a un plan de ajustes y recortes excluyente con inversiones de todo tipo, pero acabar la obra del museo se ha convertido en prioritario para el Gobierno actual. Y la alcaldesa, en la referida visita del pasado lunes así lo hizo saber.
A pesar de la escasez de fondos (el coste de la tercera y última fase es de unos 300.000 euros que ha de aportar íntegramente el Ayuntamiento), María José García Pelayo justificó la obra en el hecho de que los delegados a los que compete el museo le habían manifestado la necesidad de priorizar esta obra. “Una cosa es no embarcarse en cosas nuevas, pero otra muy distinta tener la ciudad a medio hacer. Sería una mala imagen para la ciudad y estamos perdiendo valor para Jerez y, sobre todo, se encarecen en el tiempo porque empiezan a salirle problemas derivados del no uso y el no estar abierto”, explicó a los periodistas.
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