Los trabajadores de Urbanos Amarillos empezaron a percibir este jueves la paga extraordinaria de Navidad, que se suma así al salario de noviembre, que ya fue ingresado por la concesionaria hace unos días. De este modo, la plantilla se encuentra pendiente de cobrar las nóminas de diciembre y enero, de ahí que mantenga la convocatoria de huelga.

El portavoz del comité de empresa, Ángel Morales, no se mostraba especialmente satisfecho por este nuevo ingreso, toda vez que el dinero llega tres días después del último plazo que había dado la concesionaria. De hecho, entre los días 15 y 17 de febrero los trabajadores deberían cobrar ya el 50 por ciento de la nómina de diciembre, algo que salvo sorpresa no va a producirse.

“Es verdad que ahora estamos algo mejor que ayer, pero seguimos adelante con la huelga porque nos siguen debiendo dos nóminas. Incluso, a algunos trabajadores todavía no se les ha ingresado el salario de noviembre, no sabemos por qué. Luego, también hay que tener en cuenta que hay gente que no ha visto ni un euro de estos ingresos porque tenían las cuentas en números rojos”, explicó el portavoz del comité.

A los continuos atrasos en el abono de las nóminas se une el convencimiento general de la plantilla de que Urbanos Amarillos “no está apostando” por recuperar la calidad del servicio de transporte.

Buena prueba de ello es que los autobuses “se caen a pedazos” y que según el comité se siguen incumplimiendo los servicios que deberían ofrecerse los fines de semana. “Los días que no hay huelga faltan autobuses porque, entre otras cosas, la empresa no cubre las bajas del personal. Ojalá la decisión que ha adoptado ahora el Ayuntamiento permita exigir a la empresa que cumpla con los ciudadanos, algo que hasta ahora no está haciendo”, añadió Ángel Morales.


El transporte a pedanías, a medio gas

El servicio de transporte a pedanías que presta Linesur se quedó este jueves a medias como consecuencia de la falta de combustible. Hasta cinco de los nueve autobuses se quedaron en el garaje.