El delegado municipal de Recursos y Movilidad, Juan Manuel García Bermúdez, explicó ayer al término de la reunión que mantuvo en su Delegación con algunos de los manifestantes que irrumpieron en sus dependencias, que del mismo modo que había personas que se comportaban así, había otros que le habían hecho llegar sus sugerencias por diferentes cauces, aportando ideas. A estos últimos agradecía su comportamiento y a los primeros censuraba, sobre todo, el uso del insulto y la descalificación.
Bermúdez añadió que era “importante resaltar” que en la protesta de ayer no había “ninguna asociación de ningún tipo, es decir, no hay sindicatos, no hay ninguna asociación de comerciantes o de empresarios o de vecinos”. El delegado comentó que , por lo que había podido contrastar, se trataba de un grupo de ciudadanos “a los que no les gusta algún punto de la nueva red de autobuses”.
El delegado añadió que había atendido a un grupo de ocho personas “que entre ellos mismos se han seleccionado” que le fueron planteando sus problemas.
De las ocho personas, a dos de ellos “se les ha solucionado el problema puntual que planteaban”, explicando Bermúdez que uno era el caso de una señora que planteó un cambio en la Línea 2 (que estaba previsto y se va a efectuar) y a otro que planteaba un problema con una rampa en los autobuses, que a veces no funcionan y que, por tanto, había dado instrucciones al gerente de Cojetusa -presente en el encuentro- para que solucionase este tipo de problemas.
García Bermúdez enfatizó que, curiosamente, salvo una mujer que dijo ser propietaria de un puesto en el Mercado de Abastos, que no tenía información sobre los cambios de los autobuses, los demás habían ido manifestando “que venían como usuarios y que el problema es que hemos incrementado el paro en Jerez porque en sus familias hemos dejado parados a algún miembro”.
Bermúdez puso el acento en que “de los ocho por lo menos cinco son parientes de conductores o trabajadores de Cojetusa. Esto es lo que yo he descubierto en la reunión y que no sabía”.
Por eso llegó a la conclusión, sin afirmarlo con rotundidad, porque no estaba seguro, que “pudiera tratarse de un problema en la empresa que está revertiendo en el Ayuntamiento, cosa que, por supuesto, no vamos a consentir”.
El delegado insistió en que los problemas que tenga Cojetusa debe resolverlos ella, ya que es “una concesionaria que tiene que dar un buen servicio”.
Bermúdez siguió comentando que las personas que se sentaron con él en la mesa le habían comentado que en algunos autobuses les habían tenido parados veinte minutos mientras el conductor se tomaba un bocadillo, sin relevo en ese tiempo. El delegado añadió que iba a “exigir inmediatamente a la empresa que la calidad en la prestación del servicio no esté en juego porque Cojetusa haya decidido no sé qué medidas de ajustes que, para nada, tienen que ver con la nueva red de autobuses”.
El delegado de Movilidad volvió a recordar que en la actualidad hay tres líneas más que en la anterior, y cuatro autobuses más. Además fue tajante al asegurar que “el Ayuntamiento no ha pedido ningún recorte de plantilla en la empresa. Si Cojetusa ha decidido redistribuir a sus trabajadores” de una manera u otra, “es un problema laboral, no es un problema de la calidad de las líneas”.
El delegado insistió en que tenía la “impresión” de que “además de dos concejalas del PP que estaban con los manifestantes, imagino que arropándoles, he visto miembros del comité” y de las personas con las que se entrevistó seis habían confesado “tener un pariente o ser, incluso conductora de Cojetusa”.
Bermúdez, por tanto, dijo que en este asunto y en este momento “estamos hablando de otro tema, no de la red, ni de la calidad del servicio, ni si las paradas son o no son” las adecuadas.
“Si el problema es que la empresa, aprovechando la nueva red ha decidido racionalizar sus recursos humanos, que se diga claramente”, dijo Bermúdez, “para que se pueda atajar donde corresponde, pero que no se diga que la culpa del conflicto creado la tiene la nueva red porque es absoluta y rotundamente falso”.
El delegado recordó que tanto Acoje como Asunico habían mostrado su apoyo al Plan de Movilidad y criticó al PP por no haber dicho nada, a pesar de que conocían todos los detalles del mismo desde el pasado septiembre y ahora se sumaban a las protestas.
El delegado, finalmente, se mostró dispuesto a “mover cosas”, añadiendo que el Plan no es “inamovible”, todo lo contrario, es movible tanto como el interés general aconseje que haya que realizar cambios sobre los diseños que se han llevado a cabo. Este asunto lo explicó diciendo que el modelo se había ensayado en un programa informático, pero que otra cosa era la puesta en práctica del mismo.
Reunión en Guadalcacín
Por otro lado, el delegado de Movilidad mantuvo la tarde de ayer una reunión con los vecinos de Guadalcacín y San José Obrero, acompañado de la delegada de Distrito Granja-Delicias, Irene Canca y de la alcaldesa de Guadalcacín, Ana Lirio.
En el encuentro se abordó la posibilidad de acercar la parada de San José a la segunda fase de esta barriada, al quedarles algo lejos y, con respecto a Guadalcacín, se debatió la petición de los vecinos de que la línea que viene de Nueva Jarilla tenga parada en la localidad y permita a los vecinos que lo deseen hacer el recorrido hasta el centro por donde lo hacía la línea anterior.
Opinión del PSA
En relación con este conflicto, el concejal andalucista Raúl Ramírez mostró ayer su preocupación por “las nefastas consecuencias que está teniendo la forma en que el Gobierno municipal está aplicando el Plan de Movilidad, sin consenso, sin información, originando un auténtico caos, crispación ciudadana y pérdidas económicas, precisamente lo peor que podría pasarle a los comerciantes en estos momentos de crisis”.
Ramírez dijo que antes de acometer una reforma de tanto calado económico y social como ésta “hay que realizar unos trabajos previos y, sobre todo, escuchar a los ciudadanos, que son los directamente afectados. El diálogo es lo que debe inspirar este tipo de actuaciones y precisamente la desinformación y actuar a escondidas ha sido la principal característica del proceder del gobierno Municipal”.
“En este sentido, aunque sea tarde, porque es lo primero que se tenía que haber hecho, instamos al Ayuntamiento a abrir un período de consultas con todos los agentes implicados, especialmente con los comerciantes de la Plaza de Abastos, a quienes se les está perjudicando económicamente, pero que luego seguro se les reclamará el pago de los impuestos municipales; también con el Consejo Local del Mayor, dado que los mayores son los principales usuarios del transporte urbano”, afirmó el concejal andalucista.
Igualmente injusto “nos parece” lo que se ha hecho con el mundo rural, “al que han dejado incomunicado, tratándolos una vez más como ciudadanos de tercera, cuando son tan de primera como los demás”.
Para Ramírez, “el equipo de Gobierno ha demostrado otra vez no estar a la altura y una absoluta falta de criterio. En Jerez, no estamos para experimentos. No nos parece serio que decisiones de este tipo se tomen a la ligera, de forma provisional a la espera de los resultados”.
Para el PSA, un Plan de Movilidad no es sólo modificar las líneas de autobuses, requiere, cuanto menos, el ensanche de aceras para que los autobuses puedan girar, o el rebaje para que puedan transitar los minusválidos sin ningún obstáculo, renovar la flota de autobuses, valorar el impacto visual y no instalar “mamarrachos” como el de la calle Porvera. Es decir, “antes de lanzar la cuerda habrá que atar todos los cabos para no hundirnos y no montar este monumental lío”.
Raúl Ramírez considera que el equipo de Gobierno “ha dejado muchos temas por resolver antes de la ejecución del Plan de Movilidad. ¿Cómo es posible que quiten tres líneas a la Plaza Estévez y hagan llegar cuatro hasta Área Sur? ¿Es que quieren que cierren los comerciantes del centro y que incrementen sus ventas en el centro comercial?” se pregunta.