De la misma forma exigen más información a la Empresa del Suelo Isleña SA (Esisa) que es la que promueve el proyecto, no sólo sobre el aspecto de las garantías subsidiarias sino sobre las muchas dudas que planean sobre el aparcamiento que cuenta con el 90 por ciento de la vecindad en contra de las intenciones municipales.
Lo primero que no ven es que haya una exigencia clara a la futura empresa concesionaria de las obras de que concierte un seguro para cubrir aquellos daños que se pudieran ocasionar a unas viviendas que los propietarios siempre han mantenido que fueron construidas sobre un suelo arcilloso, como demuestra el propio parque del Barrero aledaño.
Independientemente de que las concesiones, por norma, obliguen a la contratación de ese seguro, y toda vez que en este caso no se trata de responder sólo por una tubería rota o conducciones de otro tipo destrozadas, lo que piden es la garantía que puede suponer en el caso de causarse daños estructurales a los bloques de viviendas la responsabilidad subsidiaria del Ayuntamiento.
A esas preocupaciones que nacen de la constancia del tipo de terrenos sobre el que se asientan las casas se suman otras que provienen de la falta de información sobre el proyecto que el propio Ayuntamiento es incapaz de aclarar.
El aparcamiento subterráneo se pretende construir con una capacidad de 500 plazas, la inmensa mayoría para residentes, pero a la vista de los sondeos entre los propios vecinos tienen claro que no se va a amortizar esa previsión ni de lejos, por lo que la explotación del aparcamiento tendrá que plantearse de otra forma.
A eso se suma que en contra de lo que se creía en un primer momento, el aparcamiento subterráneo no iría desde el Observatorio de Marina al monumento a Rafael Ortega, sino hasta Hornos Púnicos, por lo que en ese tramo entran todo tipo de matizaciones sobre el número de plazas o sobre el número de plantas que tendrán las instalaciones.
Asamblea general
Por lo pronto y en vista de que las alegaciones presentadas por la comunidad de propietarios al proyecto municipal fueron rechazadas de plano por el Ayuntamiento, los vecinos tienen programada una asamblea general a final de mes para ver qué camino seguir y si se pueden poner en marcha otras iniciativas con mejor fin que las citadas alegaciones.
Lo que sí piden es que esta vez asista a la asamblea un técnico municipal para que les explique con detalle todas esas dudas que surgen de la licitación de la obra, aunque según algunos propietarios, el problema estriba en que desde el Ayuntamiento se reconoce que aún no tienen las cosas claras sobre cómo va a ser el proyecto, a la espera de recibir las ofertas de las empresas.
El aparcamientos subterráneo del Almedral es uno de los programados en el Plan de Aparcamientos que ha puesto en marcha el Ayuntamiento por la obra del tranvía por la calle Real.