Cortinitas de humo, es lo que nos ha ofrecido el catolicismo más extremo y conservador, el pasado domingo con la III Marcha por la Vida, haciéndola coincidir con las manifestaciones generales en contraposición de los recortes y no-políticas del actual Gobierno. Estos movimientos, deberían haber proclamado no sólo un único derecho, sino todos los derechos, pero claro, eso es inviable porque estaríamos hablando de una Iglesia realmente evangélica, y la Católica Romana, continúa con su proceso estancado de construcción. La vida es un concepto que no debería estar acotado exclusivamente por los cánones eclesiásticos y/o religiosos, sino por los de la ética humanista. El marco legislativo aprobado en la última legislatura socialista, fue un espaldarazo a la salud reproductiva, a las garantías en el proceso de interrupción voluntaria del embarazo y a la regulación de otros aspectos que eran necesarios abordar. Las asociaciones Provida se han movilizado estratégicamente en momentos cruciales a nivel político… ¿Por qué no aparecen en las manifestaciones de los derechos de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales a quienes su institución rechaza, anula y discrimina? ¿Por qué no han invadido las calles tarareando cualquier estrofilla que rime Benedicto XVI, con el derecho a la atención primaria para las personas inmigrantes? O ¿por qué no han ondeado sus banderitas llenas de corazones rojos denunciando la vulneración que sufren las mujeres que son torturadas por la violencia machista e intrafamiliar? ¿Quizás los vieron ustedes llenando las plazas provinciales denunciando los abusos sexuales que han cometido algunos sacerdotes y religiosos, y que han sido ocultados por la jerarquía vaticana? ¿Se revuelven contra el sistema, para defender a las víctimas de los abusos de poder de la Iglesia? ¿Protestan por la obstaculización de las conquistas feministas en la teología y en la visibilidad de los puestos de representatividad eclesial? Me parece lícito que participen y se manifiesten…(su dirigente político, en estos casos, seguro que lo ve extraordinario, ya que no les considerará perrosflauta) pero antes de señalar o enjuiciar a quienes ejercen su derecho a la interrupción voluntaria del embarazo bajo las cláusulas legales, deben de discernir y no tirar más “piedras”.   Como ha escrito el teólogo de la liberación, Leonardo Boff, todas y “todos somos seres de luz. Fuimos formados originalmente en el corazón de las grandes estrellas rojas, hace miles de millones de años”…y la vida, aunque nos sitúe en una encrucijada de caminos, nos brinda la oportunidad y la lección de tomar decisiones con coherencia, libertad y responsabilidad. No  acusemos con la  punzada interminable de la culpabilidad.