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“Reivindico la necesidad de la trasparencia y limpieza ética de la política”

Entrevista al nuevo Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, natural de Medina Sidonia.

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  • Jesús Maeztu -

Medina Sidonia se siente orgullosa que el nuevo Defensor del Pueblo Andaluz, Jesús Maeztu, sea natural de este municipio jandeño. El nuevo Defensor del Pueblo tomó posesión el pasado 20 de junio de su cargo en el Parlamento autonómico reivindicando el “noble oficio de la política” y comprometiéndose a contribuir desde la institución que comienza a dirigir a que “el brillo de la transparencia y la limpieza de la ética atraviesen toda la cosa pública”.Jesús Maeztu fue elegido por unanimidad en el Parlamento Andaluz,  y considera que “la figura del Defensor” debe ser “la de un colaborador leal y la vez crítico con la Administración” a la que debe sugerir modificaciones en algunas de sus actuaciones y ante la cual debe impulsar “cambios en la legalidad si es preciso y necesario”. Asimismo, también aboga por “la cercanía” para cambiar el modelo de gestión de lo público.

Jesús Maeztu Gregorio de Tejada, Medalla de Andalucía 2010, es catedrático de Derecho del Trabajo de la Universidad de Sevilla. Destacó por su labor al frente de una parroquia en el barrio gaditano del Cerro del Moro, zona con problemas similares a los del Polígono Sur. Asimismo, también estuvo al frente de este cargo entre 1995 y 1996, cuando  dio el relevo al ahora defensor cesante, José Chamizo.  Ha estado al frente del Comisionado del Polígono Sur sevillano para recuperar esta zona, una de las más deprimidas de la capital andaluza, desde el año 2003.

¿Qué opinión tiene respecto a las declaraciones del actual Gobierno del Partido Popular en Madrid que hablan sobre la posibilidad de eliminar o suprimir la figura del Defensor del Pueblo?
–Es un tema aún en estudio y en el que todo lo que sea ajustar, coordinar y evitar duplicidades innecesarias, estamos de acuerdo y colaboraremos.
Pero el fondo del asunto, creo que no está en cuestión, porque las tareas del Defensor del Pueblo, en concreto el de Andalucía –por cierto es el Decano de los del país, 1983- son muy amplios: quejas, consultas, solución de problemas en la oficina de información, Informes Especiales, mediaciones, desarrollo de los derechos sociales... y todo, desde la proximidad, cercanía y conocimiento de las peculiaridades del entorno de nuestros pueblos. Y todo esto no es posible hacerlo con eficacia desde lejos.
Aquí en Andalucía, desde todos los grupos políticos, entidades y ciudadanía, el apoyo es total y está fortalecida la necesidad de este tipo de control, reflejado en la reforma última del Estatuto de Autonomía.

¿Qué balance realiza de la labor desarrollada por su antecesor en el cargo, Chamizo?
–Excelente. Le ha dado un impulso que debemos fortalecer y ahora nos toca saber aportar nuevos resultados. La institución continúa y ahora me toca a mi realizar un trabajo sobre las líneas y resultados conseguidos en la etapa anterior y por tanto seguir avanzando en mejorar el amplio campo de trabajo que abarca esta Institución. Como señalé en mi discurso de toma de posesión, sobre lo ya realizado, el termómetro de mi trabajo lo van a marcar los ciudadanos. En ello estamos.

¿Dónde debe incidir más la labor de un Defensor del Pueblo?
–Creo que en atender las graves consecuencias de la crisis, empezando por los más excluidos y de una manera especial en torno a la problemática que está sufriendo el estado de bienestar. Este es el factor que se pone de manifiesto en la mayoría de las demandas que las personas nos hacen llegar y ahí es donde debemos responder con más atención. Se trata de conseguir que con respecto a los derechos derivados del Estado de Bienestar no se retroceda y se pierda tanto trabajo de mucha gente para conseguirlos. Habría que priorizar y mantener lo fundamental.

¿Cuáles van a ser sus principales objetivos al frente de este cargo?
–En estos días, estoy revisando el trabajo y analizando las cuestiones que nos solicitan los ciudadanos. Y, pronto compareceré ante la Comisión parlamentaria encargada de las relaciones con el Defensor para presentarlas y debatirlas.
Voy a reforzar, como he señalado, la defensa de los derechos sociales que me encomienda el Título I del Estatuto de Autonomía de Andalucía, las actuaciones de mediación ante tantos conflictos y afrontar de manera rigurosa los problemas de fondo que afectan a colectivos importantes.
El Defensor ha sido siempre una puerta abierta y honesta a  las demandas de la calle a la vez que ha sabido presentarlas ante las instituciones. Esa labor de proximidad y acogida sin intereses personales ni partidistas es esencial porque le refuerza su legitimidad al Defensor y construye una relación de confianza entre la ciudadanía y las instituciones.

¿Cree usted que se está utilizando la actual crisis económica como excusa para deshacer el Estado de Derecho?
–A veces esa es la impresión, cuando no se justifican los argumentos sólidos de fondo. Debemos, honestamente, debatir con razones y datos la justificación de los ajustes, las consecuencias y la priorización de las materias para no retroceder a etapas anteriores que tanto costaron superar.
Y medir las consecuencias y los efectos que nos van a empobrecer doblemente.
No podemos defender que sean los de siempre los que paguen las consecuencias.

¿Qué relaciones mantiene usted con la clase política?
–Es muy importante y van a constituir uno de los objetivos de mi mandato, el establecer una fluida relación con los grupos parlamentarios porque no sólo me debo a ello, sino que es importante establecer puentes con iniciativas y actuaciones de ida y vuelta. El Defensor del Pueblo es como el brazo largo que une los problemas de los ciudadanos con los políticos que deben responder a sus inquietudes y demandas.
Y considero que hoy más que nunca hay que reivindicar el valor, la importancia y la prioridad de la política frente a los intereses ciegos y particulares de la economía financiera y especulativa.
Reivindico la necesidad de la trasparencia y limpieza ética de la política, eliminando los casos concretos de corrupción que tanta crispación provocan, obviamente en los afectados por la crisis.

¿Qué ha supuesto para usted que haya sido elegido por unanimidad ser el nuevo Defensor del Pueblo Andaluz?
–Es la mejor manera de empezar un trabajo de esta responsabilidad ante los ciudadanos. Siempre, a lo largo de toda mi trayectoria, he trabajado y asumido responsabilidades con dos características, desde que empecé con 25 años en los barrios marginales de Cádiz: Por un lado, trabajo en zonas de exclusión social, marginales para tratar de incluir a los excluidos al disfrute del Estado del Bienestar.
Y lo he realizado desde una visión de lo público y de los intereses generales, sin dependencia política y partidista y aceptada unánimemente por todos los grupos políticos, bien por el Pleno del Ayuntamiento, Consejo de Gobierno de la Comunidad, y en el último caso por el Pleno del Parlamento.
Es para mi un orgullo y a la vez una responsabilidad, responder a esta confianza tan escasa en estos tiempos. Pero es lo ideal para trabajar con imparcialidad, ajeno a intereses partidarios, cuando se trabaja en la “cosa pública”.

En Medina Sidonia se sienten orgullosos de su nombramiento, ¿qué sentimientos le despierta?
–Y yo me siento orgulloso de mi pueblo. Ya estuvo el alcalde, Manuel Fernando Macías, y el teniente de alcalde, Santiago Gutiérrez, en mi toma de posesión en el Parlamento de Andalucía. Deseaba que además de mis amigos de Cádiz, Sevilla y mi familia, estuviese una representación de asidonenses.
En Medina me crié hasta los 18 años, están enterrados toda mi familia directa y he participado en distintos mandatos en los Ayuntamientos de cuanto me han pedido.
Todo lo que se mueva alrededor de mi pueblo y me lo recuerda siempre mi hermana Conchi, asidonense cien por cien, me sabe igual que nuestros dulces ya consagrados por todos los lugares.
Y, desde aquí, me ofrezco a cuanto pueda ayudar a trabajar por mi pueblo. En los próximos día haré mi primera visita.

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