Es recurrente el argumento de que el sector de la hostelería está llamado a ser uno de los pilares de la economía y de la generación de empleo en Huelva y su provincia, pero mal asunto es que no se tenga en cuenta que debe ser un sector acondicionado a unas condiciones de empleo decentes y desde luego, tocado por la profesionalidad de todos cuanto lo integran, empresarios y trabajadores. Porque, es realmente grave, como se denuncia en el documentado reportaje que incluye hoy Viva Huelva, que la contratación se haya convertido en una selva en demasiadas ocasiones, cuando hay contrato de por medio, a unos trabajadores, que tienen unas tareas complicadas y duras a la ahora de ejercer sus funciones. Pero es que, si bien, siempre ha existido mala praxis por parte de determinados empresarios, también es cierto que la situación de crisis financiera que se prolonga en el tiempo y que ha empeorado considerablemente desde 2011 hasta la actualidad, ha hecho empeorar la cosa, pero que además, la reforma laboral del Partido Popular, con su destrucción de derechos sociales y laborales y su deshabilitación de la negociación colectiva ha puesto a los empleados a los pies de los caballos. Es de desear, primero, que se llegue a un punto de equilibrio que beneficia a todos, pero también, que la inspección de trabajo esté muy atenta y funcione al máximo. Con el pan de la gente, no se juega.