El último llegó ayer y con una profundidad de más de metro y medio, a la altura de San Juan de Dios. Fue un trabajador de Urbaser quien cayó en la cuenta de este nuevo episodio, cuando realizaba su trabajo a las siete de la mañana e impidió que este nuevo hundimiento fuera a más y acabara causando un accidente de gravedad. Lo ocurrido ha caído como un jarro de agua fría para los comerciantes y los restauradores.
Asimismo, desde la Plataforma Porvera Viva su portavoz, Juan Sevilla, no entiende que Medio Ambiente diga ahora que el arreglo de esta zona puntual ya estaba previsto para “próximas fechas” tras el estudio realizado en enero, cuando a ellos el pasado lunes les aseguraron que los técnicos no tenían proyectada ninguna actuación más en esta vía. El colectivo es consciente de que lo ocurrido “es un daño colateral”, pero le preocupa el tiempo que tenga que estar levantada de nuevo la calle mientras se ejecuten las obras del nuevo colector, tal como anunció ayer el Ayuntamiento. De momento, la zona afectada está cortada al tráfico otra vez.