Así lo confirmó a este medio la coordinadora académica de Acadomia, una empresa que cuenta con 7.000 profesores que imparten clases a domicilio a más de 10.000 estudiantes españoles. Esta entidad prevé, además, aumentar un 50% el alumnado en los próximos meses en esta ciudad.
Aunque la presión de las recuperaciones y los exámenes finales encabezan el listado de las principales causas por las que los estudiantes reclaman una atención extraescolar para pasar de curso, la falta de hábito de estudio, de concentración, autonomía, el retraso acumulado, o las dificultades para seguir el ritmo de la clase completan el catálogo de inconvenientes con los que se encuentra el alumno.
Para Garrido, el suspenso es fruto “de la facilidad con la que los estudiantes caen en la desmotivación, ya que no cuentan con las herramientas necesarias para superar sus dudas y dificultades”. Por este motivo, en el tercer trimestre del curso aumentan los cursos intensivos, el ritmo de las clases y los padres apuestan por profesores particulares para que ayuden a sus hijos a superar el año académico.
Esta época es, además, la recta final del curso, en la que los estudiantes comienzan a prepararse los exámenes oficiales, como la Selectividad, que, a juicio de la coordinadora académica, requieren “mucho esfuerzo, preparación y conocimiento de técnicas de estudio específicas”. En casos como estos los alumnos se juegan el acceso a determinadas carreras y, por tanto, prefieren un profesor particular a una clase grupal.
Actualmente, la crisis económica es una de las causas, según la responsable pedagógica de esta entidad, por la que los alumnos quieren mejorar su formación y, al mismo tiempo, los padres son “cada vez más conscientes” de que los estudiantes más preparados son los que no sufrirán “el fantasma del paro”.
Perfil del alumnado
Sobre el perfil del alumnado, Garrido indicó que en el 80 por ciento de los casos, los estudiantes que solicitan ayuda de profesores particulares suelen tener bastante ocupado su tiempo con muchas actividades extraescolares y esto hace necesario un refuerzo para mantener el ritmo de aprendizaje. Además, en la gran mayoría de las ocasiones, los padres trabajan fuera de casa, lo que, según Garrido, “dificulta las posibilidades de seguir muy de cerca la evolución de sus hijos”.
El 60 por ciento de los alumnos que reciben este tipo de clases a través de academias se encuentra dentro de la franja de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) porque el paso de Primaria a Secundaria es “crucial” y les supone un esfuerzo mayor.
Dentro de la ESO también son susceptibles de solicitar ayuda los estudiantes del cuarto curso porque debe a optar a materias que le llevarán a niveles bastante específicos tanto en los grados de Bachillerato como en Formación Profesional.
Entre las asignaturas con más demanda, Garrido indicó que matemáticas “se lleva la palma”, junto con las materias de ciencias, --biología, física o química--, aunque también hay un “gran interés” por recibir apoyo para la realización de análisis gramatical a partir de cuarto de la ESO.