“Los padres deben conocer perfectamente las características de las organizaciones con las que mandan de campamento a sus hijos”, aseveran en un comunicado remitido a este medio, en el que añaden que “no es de recibo que, al cabo de los meses, se enteren de que sus niños han sido maltratados al ver unos vídeos colgados en Internet, como ocurrió en el caso canario, destapado el pasado mes de marzo, que se saldó con la detención de seis personas acusadas de emplear prácticas abusivas a menores como método de entrenamiento deportivo”.
Si bien para esta organización los campamentos son una “herramienta para que los padres puedan conciliar la vida laboral y familiar, sobre todo, en verano”, estos tienen que “controlar lo que hacen sus hijos y conocer su grado de satisfacción durante el transcurso de estas actividades”.
Asimismo, señalan que las administraciones tienen que controlar y asegurar las garantías de los campamentos para evitar en la medida de lo posible que se puedan vulnerar los derechos de los niños. “Es exigible un seguimiento, mediante inspecciones, a las entidades que organizan estos campamentos”, concluyen.