Las nadadoras españolas no podían escuchar la música bajo el agua, pero tampoco podían parar pues hubieran quedado eliminadas. Alguien se tenía que dar cuenta de que algo estaba fallando, pues la descoordinación era evidente.
La seleccionadora nacional, Anna Tarrés, fue la primera que llamó la atención de los jueces, que pararon el ejercicio. El equipo español se fue a los vestuarios, descansó y volvió a competir para sumar 97.500 puntos, frente a los 98.000 de las rusas.
Mientras que las chinas, terceras, obtuvieron 48.167 en la ejecución y 48.000 en la impresión general (96.167).
Las tres primeras en la serie preliminar repiten el podio de la competición por equipos de los Juegos Olímpicos de Pekín.
En la cuarta plaza se clasificaron las nadadoras canadienses, pero lejos de las españolas y las chinas, que tienen prácticamente asegurado subir al podio de esta competición de sincronizada.