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«Acaba un periodo complicado»

La compra de Opel Europa por parte de Magna no parece una mala noticia para los trabajadores de los concesionarios de la marca alemana en la provincia de Cádiz, pues ?evita la quiebra y es esperanzadora?.

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Que la crisis pesa y parece nunca terminar es cierto y que en ocasiones parezca llover sobre mojado, también. El sector del automóvil no se ha visto ajeno a los nuevos aires que corren en las industrias y economías globales, por ello, y en el caso concreto de la marca Opel, tras la venta de ésta a Magna por parte del grupo General Motors, a la crisis mundial se le suma unos vaivenes con el cambio de propietarios que pueden hacer temblar la estabilidad y la seguridad de los trabajadores.

Cádiz no cuenta con una factoría de la marca alemana en su provincia, pero sí una serie de concesionarios en los que sus trabajadores han podido sentir con mayor o menor grado de expectación el cambio de manos en el timón de la marca que les ocupa.

De moderado optimismo puede calificarse el estado en el que se encuentran estos trabajadores de los concesionarios, “de estar al final del periodo mas complicado de la historia del sector de la distribución del automóvil, y esto arroja una cierta esperanza en un futuro a corto plazo”, afirman. “Magna es sin duda una buena noticia para Opel y sus trabajadores, pero será la historia quien dirá al final si fue una buena decisión o no”, añaden.

Y es que el aluvión de noticias que en un corto espacio de tiempo han surgido en este sector es como para estar contentos o esperanzados o para todo lo contrario.

Así, ayer trascendió que las ventas de coches en España se han disparado un 35% -un 21% en Andalucía- en la primera quincena de septiembre con respecto al mismo periodo del año anterior, es decir, se vendieron un total de 18.226 unidades frente a las 13.461 contabilizadas en el mismo período del año 2008. Y esa es una noticia agradable y esperanzadora para los concesionarios de Opel en Cádiz, pues estos datos ponen de manifiesto las claras muestras de recuperación de los clientes particulares, los cuales han multiplicado sus matriculaciones.
Por contra, está el hecho de que la entrada en Opel del consorcio austríaco-canadiense Magna supondrá la eliminación de hasta 10.500 puestos de trabajo -1.700 de ellos en España-, según confirmó hace pocos días el vicepresidente de Magna, Siegfried Wolf.

Si bien esa reducción de plantilla no debería afectar a la labor diaria de los concesionarios, pues únicamente les debería ocasionar detrimentos que la producción se redujese de tal modo que no pudiesen servir los vehículos a los clientes como sería necesario, la sombra de tiempos peores parece estar ahí.

Estabilidad

En palabras de José Pablo Contreras, director gerente del Grupo Colansa, red de concesionarios de la marca automovilística Opel en la provincia de Cádiz, “la relevancia de la noticia de la venta de Opel por parte de General Motors a la multinacional austriaco-canadiense Magna y el plan industrial que ésta plantea para las fábricas de la marca en Europa en la esfera de las ventas, es que tal transacción incide en dos planos diferentes: Por una parte aporta estabilidad y genera credibilidad a la clientela que entiende que Opel deja de ser una empresa quebrada para pasar a ser la esperanza de Europa”.

Por otra parte, añade Contreras, “los recursos para la inversión publicitaria a corto plazo y en Investigación y Desarrollo (I+D) a largo plazo se aseguran con la entrada de Magna en Opel, y esto nos hará mas competitivos e incidirá en la mejora de las ventas”.

Claro está que sin conocer los detalles del acuerdo de compra ni de la opción industrial de Magna, parece aventurado si esta gran operación va a incidir en más o menos ventas. En opinión de Antonio Romero-Haupold, director general de Colansa, “la mejor opción para vender coches es Magna, porque se venderán más Opel en detrimento de Chevrolet, marca ésta perteneciente a General Motors y competencia directa de Opel”. Romero-Haupold añade que “obviamente, la entrada de Magna en Opel es buena porque evita la quiebra de la compañía, y por ende, puede hacer aumentar las ventas”. Asimismo, remacha que “en España gustaba más la opción de compra por parte de la firma de inversión belga RHJ International sobre la filial de General Motors”.

Será el tiempo el que diga si la gran transacción empresarial llevada a cabo en el sector automovilístico europeo ha sido para bien. También será el transcurso de los días el que aporte luz y datos sobre las ventas de coches. Porque como dicen los trabajadores de los concesionarios, “parece llegar el final del periodo mas complicado de la historia de la distribución del automóvil”.

Al fin y al cabo, como afirmaba Contreras, sin los recursos necesarios para la inversión publicitaria o en investigación para su marca, ésta no se convertirá en competitiva. Hacen falta muchos factores confluyentes para sacar adelante este sector de la distribución, y en última instancia, es el ciudadano de a pie, el consumidor final, el que tiene al última palabra. Y si un modelo de automóvil llega al mercado y lo conquista, las ventas subirán por sí solas. Por contra, si el diseño o las prestaciones o el precio de los vehículos no han calado hondo en los gustos de los consumidores, muy poco se podrá hacer. Obviamente, si con la entrada de Magna, Opel saca al mercado un coche con el que ningún comprador se pueda resistir, la “cierta esperanza” para los trabajadores de los concesionarios se convertirá en una feliz realidad y un mejor futuro.

Los trabajadores de la factoría de Figueruelas se manifestarán el sábado 19 de septiembre

El comité de empresa de Opel España ha convocado una manifestación que tendrá lugar el próximo sábado, 19 de septiembre, en Zaragoza para rechazar “contundentemente” el plan industrial de la multinacional austriaco-canadiense Magna para Opel Europa y, en concreto, la fábrica de España, ubicada en la localidad zaragozana de Figueruelas.

El comité hizo un llamamiento a todos los trabajadores de la empresa y de las empresas auxiliares, así como a la ciudadanía en general, a que acuda “de forma masiva y contundente” para rechazar dicho plan.

Cabe recordar que el plan de Magna y de su socio ruso Sberbank contempla la eliminación de alrededor de 10.500 empleos en Europa, de los que unos 1.700 despidos corresponderían a la planta de Figueruelas (Zaragoza), teniendo en cuenta que la producción asignada para la planta aragonesa se reduciría a 320.000 unidades.

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