En el programa Tengo una pregunta un sacerdote de Ciudad Real le formula una al presidente del Gobierno español. La pregunta es muy concreta. ¿Cree que el embrión, el feto es un ser humano?
En el programa Tengo una pregunta un sacerdote de Ciudad Real le formula una al presidente del Gobierno español. La pregunta es muy concreta. ¿Cree que el embrión, el feto es un ser humano?
El presidente le responde que la ley del aborto regula el derecho que tiene la mujer a interrumpir el embarazo y que todos los países democráticos lo hacen…
El sacerdote cuando ve que no ha respondido su pregunta, se la repite con educación y paciencia: Ya sé que Vd está a favor del aborto, la pregunta es otra: ¿cree que el embrión es un ser humano? El presidente responde que no está a favor de condenar a la madre que aborta a su hijo, etc, etc, etc.
El moderador le quita la palabra al sacerdote que pretendía decir a ZP que no había respondido su pregunta, porque se encontraba incómodo al tener que hacerlo.
Tiempo después, la ministra Bibi ya respondió por fin aquella pregunta que no quiso contestar ZP.
Me planteo qué tienen en la cabeza (o qué adolecen) los que no son capaces de ver lo tremendo del aborto.
No es ya que nuestra sociedad no está sana. No es que nos hallamos desconectados de la naturaleza, que también. No es que hayamos perdido tantos valores de los buenos, que también. Hay algo más.
No entiendo cómo la gente se escandaliza del "chupámela" de Maradona sin escandalizarse más de los 278 abortos diarios que se cometen en España.
El doctor Bernard Nathanson me da las luces precisas para entenderlo. Fue uno de los pioneros en la práctica abortiva llegando a matar a un hijo suyo tras la negativa a casarse con su novia embarazada.
Nathanson ganó una pasta gansa realizando esta práctica "médica". Ahora, arrepentido, es adalid de los antibortistas y trabaja para convencer a todo el mundo de que el aborto es una catástrofe. "Este fue el primero de mis 75.000 encuentros con el aborto, me sirvió de excursión iniciadora al satánico mundo del aborto", confiesa el Dr. Nathanson, en relación a su hijo que abortó de las entrañas de Ruth.
No hay que esperar ninguna explosión nuclear, ningún atentado terrorista, ninguna guerra entre hermanos, ningún terremoto, ninguna masacre natural o artificial. Ya tenemos el peor de los horrores, la plaga de abortos consentida por tanto zopenco, zopenca.
Mientras no se solucione este asunto atroz que toco hoy seguiré hablando del aborto, que lleva en su naturaleza el sacrificio satánico. Esto que digo no es poner título rimbombante, llamativo, para vender puro sensacionalismo, como hacen los malos periodistas, sino que se corresponde con la realidad completa. Quien permite que se asesine al ser que lleva en su seno fruto del amor y lleno de vida potencial pero real, no puede obedecer más que al dictado del diablo. El aborto permite una economía de 50 millones de euros al año en España. Se criticó a Aznar que nos metiera en una guerra por la economía del petróleo. Quién va a criticar a Zapatero de meternos en esta guerra por la economía de la cosmética.¿Se hará algún día justicia para establecer que José Luis Rodríguez Zapatero es un homicida -¿vivicida? en el decir de la Bibi-, igual que todos los responsables políticos de esta masacre, peor que el exterminio nazi o que la guerra de Irak?