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En la frontera sur en tiempos de pandemia

No se pueden gestionar las migraciones al margen de los derechos humanos.

Publicado: 03/07/2020 ·
18:40
· Actualizado: 03/07/2020 · 18:40
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Autor

Rafael Lara

Rafael Lara está en la Asociación Pro Derechos Humanos, antes por las libertades... o donde fuere por los derechos de las personas

Artículo Primero

Modestas reflexiones con aquel articulo primero de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

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El pasado 18 de junio la APDHA presentamos nuestro Informe anual “Derechos Humanos en la Frontera Sur”. El estado de alarma impidió presentarlo en su fecha habitual en el mes de marzo. Y ello ha facilitado que podamos tener la perspectiva de la evolución de los flujos migratorios durante estos seis meses con la incidencia del COVID por medio.

El dato más significativo de la comparación entre lo ocurrido entre 2018 es el descenso durante 2019 en un 53% en la llegada de migrantes a las costas españolas. El informe de la APDHA destaca que ha sido la subcontratación del control de fronteras por parte de España y la UE al régimen de Marruecos.

Subcontratación que ha incluido la mayor implicación del rescate y retorno a Marruecos por parte de las patrulleras marroquíes, al menos en su zona SAR. A ello se ha sumado la limitación de objetivos, alcance y sobre todos medios humanos y materiales para Salvamento Marítimo por parte de España. Pero sobre todo la disminución de llegadas la ha provocado una represión extremadamente violenta y desquiciada, llevada a cabo para limpiar toda la zona norte de migrantes subsaharianos. Más de 12000 personas fueron desplazados hacia el sur, entre torturas y malos tratos y abandonados a su suerte


Esta operación junto a la construcción de una tercera valla con concertinas en la parte marroquí ha supuesto el desembolso de 140 millones de euros de la UE y dotaciones adicionales del propio gobierno español de más 30 millones de euros

No se pueden gestionar las migraciones al margen de los derechos humanos. Y parece ser que esa es la línea del ejecutivo español, que no es que mire hacia otro lado sobre las barbaridades que hace Marruecos, sino que es perfectamente consciente de ellas porque sabe que marruecos ni tiene cultura democrática ni sabe hacer otra cosa, ni está preparado… solo conoce el uso de la represión directa sobre migrantes y la propia población. Para España es tan sólo un molesto,aunque tolerable efecto colateral

La política extremadamente represiva de Marruecos ha continuado en 2020; y ello, junto al cierre de fronteras obligado y el confinamiento impuesto por el Covid-19 que ha dejado a los migrantes en situaciones extremas, ha provocado un nuevo descenso de las llegadas de migrantes del 26% a las costas españolas en estos primeros seis meses del año.

Hay que destacar que sin embargo en Canarias continúa el incremento de llegada de pateras como el año pasado, casi un 600% más en lo que va de 2020, cuya razón hay que buscarla en el cierre militar de las costas del norte de Marruecos y el intento de encontrar rutas alternativas.

Estas políticas que desprecian los derechos humanos se llevaron por delante la vida de585 personas según los datos de la APDHA. Y en estos seis meses de 2020 ya han perdido la vida 109 personas, básicamente en las rutas de Canarias y Alborán.

Estamos ante un futuro incierto. Por un lado, las migraciones históricamente se incrementan en tiempo de bonanza económica. No es el caso, estamos en una crisis en España y Europa cuyo alcance todavía no sabemos medir, pero que va a ser enorme

Pero, por otro lado, si la juventud marroquí se encuentra sin salida, entre la represión y la crisis social, política y económica, el COVID está llevando a mucha gente a verdadera desesperación.

Es España, en Europa, necesitamos migrantes para beneficio de ellos y de nosotros. Pero sin embargo les bloqueamos la llegada y no sabemos si van a poder sortear los obstáculos cada vez más infranqueables que creamos. En esta circunstancias y la afectación de la pandemia, no es descartable que se provoquen situaciones de profundas crisis sociales en nuestro vecino del sur.

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