La cetrería vive sus mejores tiempos cuando parece que el resto de actividades sólo se encuentran con obstáculos. En los últimos años se ha incrementado de manera notable el número de personas involucradas al mundo de la cetrería, o lo que es lo mismo, la actividad que se centra en la caza con aves rapaces, especialmente con halcones, azores y otras aves de presa, para la captura de especies voladoras tales como la perdiz.
La provincia de Málaga reúne a más de 600 profesionales cetreros en un sector que avanza por momentos ya que las investigaciones y progresos referidos a estos animales son ya cuantiosos. Aunque es una modalidad al alza aún son muchos los interrogantes que rodean a la cetrería. La alimentación, el mantenimiento o la posibilidad de participar en competiciones plantean aún algunas dudas.
José Manuel Mota es un fontanero marbellí que convive desde hace más de un año con un águila de Harry. “Lo trato como uno más de la casa, tiene su propia terraza y su alimentación no me supone un importante gasto, es sin duda mi válvula de escape para los momentos que me siento muy estresado”, apunta José Manuel, cetrero desde hace un año y medio. El cuidado de este animal poco o nada se distingue con el de otros animales. “Cuando llego del trabajo lo saco, en las afueras de Marbella lejos de obstáculos, aunque ya se ha acostumbrado al ruido de coches y de personas”, continua.
Pepe Amalio, cetrero y sacerdote de profesión, si guarda una relación más estrecha con este tipo de actividad. Amalio es vicepresidente de Acesur, la asociación de cetreros del sur que se encarga de organizar jornadas como las que se celebran en Antequera este fin de semana. “Poco a poco la gente que desconoce este mundo se acerca más a las aves, al fin y al cabo son animales que guardan unas características muy especiales”. En la actualidad la cetrería también debe responder a un obstáculo de gran importancia, los vacíos legales relacionados con esta actividad. “Aunque avanzamos a pasos agigantados es necesaria una buena legislación ya que se define esta modalidad con las mismas líneas que la caza con escopeta, algo totalmente diferente y que no tiene en cuenta al animal”, destaca Amalio.
El interés por las aves por parte de este sacerdote, afincado en Antequera, se remonta a su infancia. “Crecí en un entorno natural y desde muy temprano tuve contacto con distintos tipos de aves”. Antequera cuenta con 12 cetreros oficiales que poco a poco involucran a un gran número de personas e instituciones. “Es ahora cuando la cetrería está muy accesible, nunca fue así”, concluía Pepe Amalio. Pero adquirir estas aves tampoco es algo al alcance de cualquiera. Cada cetrero debe demostrar un gran manejo del animal además de realizar un examen que verifique la posibilidad de poseer un halcón o un búho real.
“Existen criadores especializados para conseguir aves cada vez más depuradas, seleccionando a las que mejores características poseen para la cría y mantenimiento de la especie”, manifiesta Jacinto Vives, cetrero llegado desde Alicante que cada año se desplaza hasta la ciudad del Torcal para participar en las jornadas cetreras.