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Arcos

\"La del Tocomocho\"

\" Lo único que nos ha delatado ha sido la alegría de un público que por unas horas se ha olvidado de la crisis a ritmo de pedal\"

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Como si me hubiera leído la mente, o viceversa, nada más terminar la retransmisión de la primera cadena de TVE de la tercera etapa de La Vuelta hablé con cierta rabia con mi compañero redactor de deportes, Manolo Galvín. Cuando descolgó el móvil me dijo “No ha salido ni un plano aéreo de la peña de Arcos o una vista general de la ciudad. Nos han dado la del Tocomocho”, es decir, nos han engañado, aunque la palabra suene fuerte. Pero es cierto. Si hubo una pincelada, fue unos segundos de río "encauzado" y un destello del macizo de arenista. 

La subida por la peña de la ciudad, que hubiera sido el plano perfecto de una ciudad que ha pagado por su promoción, pasó desapercibida, como cualquier otro distintivo natural o informativo de Arcos de la Frontera. Pero, eso sí, no faltaron bellísimos planos aéreos de Ubrique, Benaocaz, Villaluenga del Rosario, Grazalema, El Puerto del Boyar, El Bosque e incluso, tímidamente, de la pedanía de Benamahoma; municipios donde no terminaba una etapa y que posiblemente no hayan participado en el desembolso de dinero público para promocionar la zona. A nadie se le ocuriría visitar Ronda y no no asomarse a su Tajo... 

Hasta la alcaldesa de Cádiz, el presidente de Diputación y el subdelegado del Gobierno se preocuparon de cortar la cinta inaugural de la tercera etapa, en el buque Juan Carlos I ante las cámaras de la televisión pública. En fin, cosas del directo, que diríamos los profesionales; algunos, por cierto, con más medios que otros para trabajar. Pero seguramente que esta raquítica, por no decir, nula imagen que ha dejado de proyectar Arcos al exterior nos ha sumido en un sinsabor a aquellos que no hemos podido asistir in situ a la llegada a la meta.


El Ayuntamiento, como primera institución en defender el esfuerzo realizado para promocionar en el acontecimiento deportivo del verano el nombre de Arcos, hoy estará defraudado, preguntándose si los ciclistas entraron en el pueblo que Azorín definió como "uno de los más pintorescos de España" o si lo hicieron por una avenida de Manchester. Eso sí, lo único que nos ha delatado ha sido la alegría de un público que por unas horas se ha olvidado de la crisis a ritmo de pedal.

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