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Arcos

Arcos es un pañuelo de lágrimas por la muerte de un inocente niño

La sociedad civil se echa a la calle para repudiar las terribles consecuencias del acto de violencia de género que acabó con la vida del menor

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La concentración organizada por la mayoría de las asociaciones locales y partidos políticos de Arcos ha escenificado la tarde de este viernes el inmenso dolor que todavía embarga a los vecinos. La muerte de un niño de casi ocho meses a manos de su padre y el caso de violencia de género como telón de fondo, ha dejado una profunda huella en la sociedad local, que aún no se explica cómo pudo ocurrir...

La plaza Modesto Gómez, a tan solo unos metros de donde tuvo lugar la tragedia, ha sido el triste escenario de la repulsa multitudinaria hacia lo que parece a todas luces un asesinato. El acto casi coincidió con el responso que la familia del bebé le ofreció en el tanatorio del polígono El Peral, de donde fue trasladado al cementerio municipal de San Miguel para su descanso eterno. Pero el día de contrastes también dejó a su padre, Isidro, de 44 años, declarando en los juzgados tras haber pasado la noche en los calabozos de la Policía Local, donde el presunto homicida volvió a manifestar que es una persona agresiva al mostrarse reticente para recibir el desayuno de los agentes. Desde allí, esposado, fue conducido ante el juez que ha de tomarle declaración. Su pareja, Sara, de 31 años, ya ha abandonado el hospital tras la brutal paliza recibida. Ahora el Ayuntamiento de Arcos le buscar la vivienda tutelada para que pueda iniciar una nueva vida, si es que después de lo ocurrido la hay. 
Pero el viernes era todavía día de luto y tocaba llorar la trágica ida de un menor sin culpa alguna de los problemas de la familia y su entorno. Por ello, el manifiesto leído ante más de medio millar de personas vino a abogar por el cese inmediato de la violencia de género como origen de tanto mal. Y es que solo en lo que llevamos de año han perdido la vida seis menores por violencia machista, uno de ellos en Andalucía, el niño de Arcos. 

La triste música que sonó de fondo en el Barrio Bajo era las voces exaltadas de las mujeres que gritaban sin cesar: “¡Basta ya!, ¡Basta ya!, ¡Basta ya!...”; una expresión, por desgracia, tan manida como necesaria. Tal era el dolor, y así se pudo percibir claramente, que la gente se abrazaba entre sí sin apenas conocerse,  porque el amor, dicen, es el mejor remedio.

El momento más duro para un alcalde

El alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, asistió personalmente al entierro del bebé acompañado de varios delegados municipales. Momentos después, y tras los comentarios de todo tipo que se vienen vertiendo en torno al suceso, quiso aclarar que desde que el niño nació el seguimiento de los Servicios Sociales a la familia ha sido total. Y es que un sector de la población venía acusando al Ayuntamiento de cierta “dejadez” con el caso de una familia desestructurada y con graves problemas. Gambín dijo haberse entrevistado con los técnicos de la Delegación, que le comentaron que habían iniciado las gestiones para matricular al niño en una guardería para estar mejor atendido. Con lágrimas en los ojos, admitía ante este medio que era el momento más duro que ha vivido como alcalde.

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