El fotógrafo arcense Santiago Galvín Medina (Arcos de la Frontera, 1977) ha tenido una brillante idea para rejuvenecer la fotografía de bodas, bautizos y comuniones, que de su mano alcanza cotas de calidad y dinamismo poco habituales por estos lares. En un año vacío de trabajos por la covid-19, ha realizado un vídeo de boda que llama la atención porque logra un ritmo trepidante en las imágenes que, sin embargo, van cargadas de una profunda intimidad y repletas de un alto contenido erótico, sin que falte tampoco un fino humor. Un pelotazo...
¿Qué has buscado con ello?
–Ofrecer otro punto de vista narrado de una forma diferente a lo habitual para captar clientes que quieren algo distinto y novedoso. En resumen, una historia de amor contada al estilo que exigen los nuevos tiempos.
¿La repercusión de tu trabajo te ha hecho pensar en una segunda parte?
–Es posible. A los novios les ha gustado una barbaridad y quieren que haya una continuación. Ya veremos.
¿Por dónde se mueve hoy en día la fotografía de encargo?
–Por la más rabiosa inmediatez, tanto es así que el mismo día de la boda se proyectan fotos y vídeos ya editados que se han grabado solo dos o tres horas antes, un resumen que se suele ofrecer durante la comida de celebración. Por otra parte, ahora se cuenta una historia personal de los novios en la postboda, en donde se busca un escenario muy querido o añorado por cada pareja y que presenta, tanto en vídeo como en fotos, el “alma” de los enamorados.
El coronavirus ha trastocado la mayoría de los proyectos, ¿no?
–El 95 por ciento de todo el trabajo que se iba a hacer en el 2020.
Tú formabas parte de FO-CAL ¿por qué la dejaste?
–FO-CAL era para mí un desahogo y una desconexión de la rutina de la fotografía comercial y social. Me gustaba porque eran temas mucho más libres y artísticos, pero lo tuve que dejar al marcharme a Marbella. Espero reengancharme, pero mi hija y mi trabajo me absorben todo mi tiempo en estos momentos.
¿En qué haces hincapié al hacer una foto?
–En que transmita sensaciones, que emocione, que hable y diga cosas. Ese es mi afán.
¿Qué parte de la fotografía artística es la que más te gusta?
–La fotografía nocturna, el movimiento de la tierra donde se vea la estela de las estrellas, las luces de coches en un paisaje natural... todo eso es lo que me encanta.
¿Te gustaría hacer una exposición en un centro cultural de Arcos?
–¿Por qué no? En una ocasión colaboré en una sobre Sarajevo en el Salón San Miguel, pero la fotografía de encargo te absorbe mucho tiempo y ahora no se puede.