Ojos de plato. Poción mágica

Parece ser que los nuevos propietarios catalanes de la marca Ceregumil se lo están pensando . Sí, nuestra poción mágica a lo Panoramix. Un tónico reconstituyente, complemento alimenticio  que le dicen hoy. Fue formulado por el  boticario Bernabé Fernández Sánchez en Montilla allá por 1907. Salvó muchas vidas en una época de espeluznante mortalidad infantil. La fábrica se instaló en la Malagueta para dar salida a sus mercancías por el  puerto. En su día, uno de los pilares de la economía malagueña. Ceregumil vivió su edad de oro en los años desnutridos de la posguerra, pero en la actualidad sigue ahí exportando. En el 2009 estrenó  instalaciones en el parque de las atracciones. Desde el PTA Ceregumil ha lanzado nuevos y buenos productos. Se trata de un laboratorio farmacéutico de prestigio. Otro emblema que tiembla en este proceso de alopecia industrial que echa más leña a la tristeza. Puestos  de trabajo fijo en el aire más otros tantos eventuales. Sume proveedores de materias primas y servicios que se llevan la incertidumbre a la cuenta de resultados. Esperemos que continúe aquí, que el centenario loro Matusalén tenga larga vida y prosperidad. Pero,  sobre todo,  que  Ceregumil cumpla lo que anunciaba: adiós al cansancio. Lo necesitamos más que nunca, estamos saturados de malas nuevas. Recargarnos con unas cucharaditas de energía optimista es imprescindible para salir adelante.