¿Don Ramón? Sí, sí, está todo dispuesto y preparado. ¿Qué quién lleva las luces? Juanlu Balboa, que es de los nuestros de siempre. ¿Que si hemos ensayado ayer? Por supuesto, dos horas. Desde la doce hasta las dos de la tarde. Estuvo Dani Lucena encargándose de todo. Está organizado quién lleva los tiestos, los instrumentos y la batería.
¿Que a qué hora empezaremos a maquillarnos? A partir de las seis. Sí, sí, ya sabemos los tangos que vamos a cantar e incluso cuál primero y cuál segundo. Y los cuplés, claro, claro, Don Ramón, confíe en nosotros. Carlines ha dado una pequeña arenga. Antonio Rivas también. Cabeza y corazón. Corazón y cabeza. Eso ha dicho.
No, no hace falta que grite, ni que repita las cosas, que me entero a la primera. ¿Y cuándo dice usted que vuelve? Ah, que no lo sabe, pero que es igual, que usted está presente siempre. Sí, sí. Está la gente preguntando por usted. Lleva dos días sin estar por aquí y le echan mucho de menos. Es increíble. Con la fama que tiene usted, de que todo lo pide a gritos, de que no admite un fallo, de que hay que repetir y repetir, de esa obsesión por la perfección. Y resulta que al final la gente le tiene cariño y le echa de menos. Los que fueron sus empleados, y los de las empresas de la competencia.
¿Qué me dice? ¿Que usted no se llama Don Ramón? Pues parece usted el jefe de Martínez. Vamos, yo diría que lo es y lo va a ser para siempre. Descanse y no se hable más, que va telón.