El PP se ha encomendado definitivamente a Juanma Moreno para lograr el vuelco electoral en las elecciones municipales. El presidente de la Junta de Andalucía, que arrasó con una histórica mayoría absoluta, es el principal argumento electoral de la formación. “Pongamos a un Juanma Moreno en el Ayuntamiento, hagamos a Carmen Pérez alcaldesa”, declaró sin rodeos el consejero de Presidencia, Antonio Sanz, el pasado miércoles en la presentación de la cabeza de cartel de los populares en Sanlúcar. Unos días antes, Alberto Núñez Feijóo, presidente nacional del PP, animó a la militancia a “redondear el cambio” iniciado en 2019 en el Gobierno autonómico el próximo 28 de mayo, y aludió, por un lado a la gesta, al asegura que es posible el cambio en Cádiz y en muchos otros municipios si se vuelve a conseguir el 43% de los votos, como en la cita electoral autonómica de junio del año pasado, y, por otro, al parecido de Bruno García, el número uno en la capital gaditana, con el líder andaluz. “Me dicen que te llaman el Juanma de Cádiz”, bromeó. Lo cierto es que el presidente se dio un baño de multitudes en la Feria de Jerez y ayer en Cádiz reivindicó su gestión. Pese a la actual fortaleza del PP, el punto de partida en el más estricto ámbito municipal no es el mejor. Los populares llegaron a situarse en 2019 como tercera fuerza en la Bahía de Cádiz, la Sierra y la Costa Noroeste, y cuarta en La Janda, solo ostenta seis alcaldías en la provincia y, en la Diputación, sumó solo ocho representantes.
El PSOE, por el contrario, mantuvo su hegemonía. Parte con 22 alcaldías y la aspiración de conseguir alguna más. Las claves del discurso de los socialistas pasa por cuestionar la calidad de los servicios públicos por parte de la Junta, cargando las tintas en un presunto deterioro de la sanidad y la educación públicas. En segundo lugar, el secretario general en la provincia y presidente de la Diputación, Juan Carlos Ruiz Boix, celebra que “el apocalipsis económico” no ha llegado, con un IPC desbocado, pero en contención. Y, sobre todo, los datos del paro, cuyos registros alcanzan mínimos históricos, con carga de trabajo garantizada en el sector naval y un pujante sector turístico. Los ecos de la bronca a nivel nacional, con Pedro Sánchez en horas bajas, y sus pactos con los independentistas, juegan en contra.
Sin embargo, la división de los partidos a la izquierda de la izquierda puede marcar la política de pactos. IU, con nueve alcaldías, presenta candidatura en la casi totalidad de las localidades; de todas ellas, con Podemos en Rota y San Roque; en Cádiz, con Adelante, excepción que permite a la formación de Teresa Rodríguez aspirar a conservar el bastión gaditano (probablemente con el PSOE) y disputar Puerto Real. El PP no podrá contar con Ciudadanos, cuyo líder provincial, Juan de Dios Sánchez, se esfuerza en repetir que la formación naranja está viva, y mira con recelo a Vox, que pese a la debilidad territorial, ha armado candidatura en una treintena de localidades.
Los andalucistas juegan también un papel importante como llave de Gobierno tradicionalmente. En esta ocasión, incluso en Cádiz, con Ismael Beiro y la marca Cádiz sí, pueden tener opciones. Pero, con 16 candidaturas, son ambiciosos y confían en conservar el bastón de mando en las cuatro alcaldías que ostentan, entre ellas, Barbate, donde el resultado es incierto tras el fichaje de Javier Rodríguez, quien fuera número dos del primer edil, Miguel Molina, por parte de los socialistas.
Mención aparte merecen los independientes que campan a sus anchas en el Campo de Gibraltar y Costa Noroeste. Se antoja complicado sacar de los ayuntamientos de La Línea, Los Barrios y Chipiona a Juan Franco, Miguel Alconchel y Luis Mario Aparcero.
Un millón de electores, 237 listas y una abstención media del 40%
A las elecciones municipales se han presentado 237 candidaturas y están llamados a votar 1.013.250 gaditanos. Con una abstención que ronda el 40% de media en cada cita con las urnas a nivel municipal, en 2019 se situó en el 44,4%. Los ayuntamientos se constituirán el sábado 17 de junio. En caso de que se produzcan recursos contenciosos-administrativo contra el resultado, la investidura se retrasaría al 7 de julio. Diputación, por su parte, se constituirá entre el 28 de junio y el 1 de julio, con el PSOE seguro de mantenerla, pero con un PP que no se da por vencido.
