La recién constituida plataforma ciudadana Cádiz Resiste contra la turistificación ha reunido, según sus cálculos, hasta 3.000 personas este sábado. “Esto es la muestra de que la hartura es insostenible ante un modelo turístico que devora barrios y nuestra identidad”, ha asegurado María Sánchez, portavoz del movimiento, al inicio de la manifestación que inició su marcha desde El Palillero hasta San Juan de Dios con parada en El Pópulo, donde una vecina, María Muñoz, se ha convertido en icono de la lucha emprendida por el colectivo contra la proliferación de viviendas con fines turísticos ante la amenaza, frustrada finalmente por la mediación de la Fundación Cádiz CF, de desahucio para destinar el piso en que que ha habitado durante medio siglo a uso vacacional.
“No estamos en contra del turismo”, ha insistido, por su parte Jesús Ruiz, otra de las voces autorizadas de Cádiz Resiste, actividad que considera importante para la generación de empleo. Pero ha reiterado que hay que echar mano de cuantas leyes permitan regularlo para garantizar el derecho de acceso a la vivienda, poner freno a la despoblación y ofrecer oportunidades a los gaditanos de emprender negocios locales.
El manifiesto que han dado lectura al término de la protesta incidió en estas ideas apuntando que la turistificación puebla las calles de Cádiz “de fantasmas: los fantasmas de las hijas y los hijos que nunca pudieron llegar a vivir aquí, los de las abuelas que fueron aterrorizadas y engañadas para abandonar las casas en las que sus hijos habían nacido, sueños encerrados entre las persianas oxidadas y carteles de se alquila”.
Cádiz Resiste ha advertido de que “nacimos dignas y moriremos dignas, caminamos por las calles de la ciudad que nos ha parido y acogido para dar el primer aviso: nuestra alma no tiene precio, nuestro Cádiz no se vende”.
Asimismo, han hecho públicas sus reivindicaciones. En primer lugar, reclaman “la necesidad de establecer zonas tensionadas en nuestra ciudad para frenar la especulación inmobiliaria y proteger el derecho a una vivienda digna para todos los residentes”. Además, “exigimos una moratoria indefinida en la emisión de licencias para viviendas de uso turístico para detener la proliferación descontrolada de estas propiedades y garantizar el acceso equitativo a la vivienda”. En tercer lugar, demandan la realización de inspecciones rigurosas y constantes para identificar y sancionar las viviendas turísticas ilegales, protegiendo así el mercado de alquiler residencial y la seguridad y calidad de vida de los vecinos”. Y, por último, exigen la implementación de la tasa turística y el aumento de impuestos como basura e IBI a estos inmuebles para que los ingresos obtenidos sirvan para mejorar los servicios públicos”.
