La crisis ha llevado a echar el cerrojo a muchos comercios de ciudades como Cádiz, donde artistas y comerciantes se han aliado para llenar el vacío de los escaparates en una iniciativa que pretende transformar un paisaje urbano que se ha plagado de carteles como "Se vende" o "Se alquila".
"EscaparArte" es el nombre de esta iniciativa que se ha iniciado hoy en tres locales comerciales cerrados del centro de Cádiz que han sido "tomados" por tres artistas y a los que paulatinamente se irán sumando otros, con la filosofía de que los problemas, como la crisis, "hay que visibilizarlos y enfrentarlos".
La idea se le ocurrió a Paco Cano, de la Plataforma "Planeta Cádiz, cuando, tras vivir una temporada fuera, regresó a su ciudad con la idea de recuperar espacios para la cultura y en un paseo por la calle Ancha, la principal vía comercial del centro de Cádiz, vio un buen número de comercios cerrados y escaparates que sólo mostraban carteles de "se vende" o "se alquila".
"Se me ocurrió que esos escaparates eran buenos lugares de trabajo para intervenciones de artistas y que, a su vez, éstas ayudarían a dinamizar las calles del centro, a atraer a gente a que viera las posibilidades de los locales, es un incentivo de desarrollo económico, social y cultural", explica Paco Cano.
Así, y con el apoyo de la Asociación de Comerciantes de Cádiz, los propietarios de los locales y el Ayuntamiento de Cádiz, ha nacido, sin ningún apoyo económico, esta iniciativa que espera extenderse entre los escaparates vacíos de Cádiz.
"Esto no es una solución pero es un ejercicio para intentar encontrarla", asegura Paco Cano.
"EscaparArte" se ha iniciado hoy en tres locales. En uno de ellos Pablo Muñoz Arenillas se ha instalado esta mañana para convertir el escaparate en "una pared de cristal" a través de la que la gente podrá, hasta el próximo domingo, ver cómo vive, trabaja, duerme, come o sueña un artistas que, como él, trata de buscar su camino.
Lo herrera ha convertido otro escaparate en una "Farmacia para una sociedad más sana", con medicinas para la xenofobia, la homofobia, la adicción a la televisión o la falta de lectura y, en otro local, Arsenio Rodríguez, ha construido una especie de acuario con 3.000 botellas recicladas.