No siempre iba a durar la buena racha cadista, que se ha roto justo cuando menos se esperaba. Después de imponerse a equipos de entidad como el Granada B, el Real Jaén y el UCAM Murcia, los amarillos se estrellaron en su visita a La Hoya Lorca (2-2), un equipo que marcha en la parte más baja de la tabla.
Pese a ello, la buena línea de juego y resultados demostrada por el equipo gaditano no debe verse manchada por un mal resultado, que puede considerarse un “accidente” y, además deja al equipo aún en el liderato con tres puntos de ventaja sobre el segundo.
Llegaba el equipo de Claudio Barragán con varias ausencias importantes. Por un lado, el técnico no podía contar con la participación de los sancionados Servando y Fran Machado. Y por otra parte tampoco estaban disponibles el lesionado Andrés Sánchez y Hugo Rodríguez, este por doble motivo de enfermedad y contrato, ya que para que jugara ante su antiguo equipo el Cádiz CF debería haber abonado 10.000 euros.
Varios cambios obligados
Además de estos cambios obligados, Barragán apostó por Navarrete como pareja en el mediocentro de Garrido, quedando Juanma Espinosa en el banquillo.
El líder impuso su ritmo desde el primer minuto, pero no se le veía tan inspirado como en otros partidos, quizás acusando el cansancio de tantos encuentros en apenas dos semanas.
Ese dominio no se traducía en ocasiones de gol, salvo un disparo alto de Kike Márquez, de nuevo titular, y un buen centro de Juan Villar al que no llegaron ni Jona ni Airam por muy poco.
En cambio, más cerca estuvo de marcar el equipo local, que vio frustrada su oportunidad gracias al paradón de Aulestia a tiro de Hernández.
Ibrahim y Pardo se animaron a probar fortuna con sendos disparos, pero sin encontrar portería en los últimos instantes de una primera parte que no había dejado grandes destellos de un Cádiz gris en el último pase.
Otra historia fue el comienzo de la segunda mitad, en la que una jugada nada más empezar llevó el balón dos veces al larguero local.
A partir de entonces, el encuentro se volvió loco. Primero cayó bajo dominio cadista, esta vez con gol de Juan Villar. Sin embargo, pese a haber conseguido ya lo más difícil, un error de Óscar Rubio sirvió en bandeja el empate a los jugadores locales.
Con el 1-1 en el marcador, el Cádiz CF desapareció del campo. Los amarillos estaban casi noqueados tras recibir el primer gol este año y ver así truncada una magnífica racha de imbatibilidad. Con estos ingredientes, a nadie le extrañó el 2-1. El partido recordaba a épocas pasadas de un Cádiz capaz de lo mejor y lo peor. De momento, hincaba la rodilla frente a un club claramente inferior, pero que había conseguido marcar ya por partida doble.
Pero cuando peor lo pasaban los gaditanos, agobiados y temerosos de recibir un tercer gol, apareció Airam Cabrera, que arregló el estropicio con un gol que, al menos, iba a terminar dando el empate que mantiene líder al Cádiz, eso sí, con menos ventaja sobre el UCAM Murcia, que sumó tres puntos.
Toca pensar ya en el Melilla, otro partido “trampa” de los muchos que quedan por jugarse esta temporada, llamada a ser la del ascenso. Por plantilla bien podría serlo y por rendimiento también, ya que una derrota inesperada tras siete triunfos consecutivos continúa siendo un balance casi perfecto.
