“Mucha precipitación y todo a última hora”. Pero al final, la joven que tenía que soltar las llaves de su casa este lunes tiene nueva vivienda. Llevaba advirtiendo al Ayuntamiento desde el pasado mes de diciembre, cuando recibió el primer aviso, pero no fue hasta el pasado viernes cuando recibió la llamada del Consistorio.
Durante toda la semana decidió plantarse en la puerta de la empresa municipal Procasa para ver si alguien le escuchaba o le daba una solución. “Ni un solo concejal del equipo de Gobierno” atendió a esta familia.
Todo en manos de los técnicos y según ya dijo y repite el Ayuntamiento, “el caso está siendo tratado por la Oficina Municipal de Vivienda (OMDEVI). En esta oficina se ofrece una atención continua, hay una trabajadora social que ha visitado in situ las viviendas y una educadora social que está exclusivamente y constantemente dedicada a buscar vivienda para familias con esta problemática”.
“Me han dado solución para los próximos nueve meses, después ya se verá”. La vivienda que le ha buscado el Ayuntamiento es “sin avalista y con un alquiler de 575 euros”. Desde el Ayuntamiento se han comprometido con la familia a “pagar el 90 por ciento de la ayuda al alquiler durante esos nueve meses”. El 10 por ciento restante corre a cargo de la joven, así como el agua y la luz.
En un primer momento, “la asistenta me dijo que me ayudarían con la mudanza”, pero al final “me la han tenido que dejar fiada porque tampoco tengo dinero para poder afrontarla”.
El segundo problema que tiene esta mujer es que se encuentra en situación de desempleo y, como en muchos otros casos, no sabe si podrá dar respuesta al pago del alquiler y de los gastos de los suministros.
Teme que el problema ahora mismo parezca que esté solucionado, porque “no estoy en la calle con mis niños” aunque su grado de desesperación casi la llevaba a “darle una patada a cualquier casa de las que están cerradas”.
Ahora, por lo menos, tiene un techo bajo el que refugiarse, aunque sigue pensando que “se actúa de manera precipitada” y sin atender a las personas que van allí a buscar a los responsables municipales cuando “ya no podemos más”. Esta familia teme que la solución que se le ha dado tenga como fecha límite en el momento en el que pasen los nueve meses de la ayuda al 90 por ciento.