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Chad y Cádiz, unidos por la medicina

Un médico de esta república africana se forma en el hospital Puerta del Mar durante un mes en procedimientos sencillos que pueda llevarse al hospital de Yamena

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Habla francés, tiene 48 años y se enfrenta diariamente a una media de seis intervenciones quirúrgicas en la República de Chad. Sin apenas medios y sin considerarse un doctor milagros, consigue que mucha genta pueda seguir subsistiendo en unas condiciones que para quienes vivimos en el otro continente resultan insoportables. Mouassede Madengar ha estado durante un mes en el hospital Puerta del Mar dentro de un programa formativo que llega a Cádiz de la mano de la Asociación Andaluza de Cooperación Sanitaria. Madengar finalizó sus estudios de medicina en 2008 y se doctoró en 2009 en la Costa de Marfil, donde conoció el mar. Es jefe del Servicio de Cirugía General y Director Médico del Hôpital Universitaire Le Bon Samaritain Walia (El buen samaritano).

La República de Chad es  el quinto país más pobre del mundo. El 80 por ciento de su población vive por debajo del umbral de la pobreza y siempre ha estado rodeado de conflictos políticos y guerras entre las tribus.

Madengar ha estado en Cádiz un mes.

Como interlocutor con Madengar está el doctor Gaspar García Guerrero, jefe de la Unidad de Cirugía de Columna en el hospital gaditano, quien ha visitado en varias ocasiones el pequeño hospital de Yamena, capital del país.  Gaspar pone sobre la mesa cuestiones que a cualquier español le resultan inconcebibles: “Para acceder a la sanidad, las personas del Chad tienen que pagar. Sólo acceden aquellos que tienen algún dinero. El resto...”.  El país tiene una población de 11 millones de habitantes para los que existen 350 médicos y Madengar es uno de ellos.

Este médico agradecía el apoyo recibido por la dirección médica y el personal del hospital por haberle dejado participar en este proyecto, así como al jefe de Cirugía Ortopédica, José Antonio André,  así como a la Asociación de Cooperación Sanitaria de Andalucía, además de a su hospital en Yamena, desde donde le han pagado los billetes.  Además, cubriendo su servicio se ha quedado un compañero al que también le agradecía el esfuerzo. La experiencia ha sido muy positiva para Madengar, quien era la primera vez que salía de África a Europa: “No conocía nada. El único contacto que había tenido era con el doctor De la Rúa y me ha sorprendido por cómo me he sentido de integrado, como si los conociera de hace muchos años”. También destacó la simpatía de los gaditanos frente a la seriedad de los habitantes de su país, “cuesta sacarnos una sonrisa”. No hay grandes diferencias en el día a día , pero sí en la cultura y en el trato humano. Lo que más le ha llamado la atención ha sido la “manifestación de la fe con la Semana Santa”. También se mostró sorprendido por la celebración de la Eucaristía “que dura muy poco” en relación con su país donde duran más de dos horas y “aquí solo participa gente mayor y muy pocos jóvenes”.

A nivel profesional se lleva haber ganado seguridad en lo que hace. “Soy un médico de medicina general y hago de todo desde cirugías, a cesáreas, a abrir una barriga, a atender a la rotura de un hueso”. Ahora tras su paso por Cádiz se siente más seguro y se aventura a desear que “ojalá continúe la cooperación”.

En estos días ha estado practicando con cirugía de traumatismo, prótesis de caderas, clavos, operaciones básicas de ortopedia infantil, ha pasado por cirugía vascular, cirugía torácica. “Procedimientos sencillos para poder acometerlos en su tierra”, explicaba el  médico traductor. Ha cumplido con un 70 por ciento de sus expectativas y “he aprendido bastante de las personas y los distintos servicios”.

De Cádiz se lleva, -además de la brisa fresca del mar, muy distinta a la de su país que en el mes de mayo tiene temperaturas de 47 y 35 grados- la forma de aprender los médicos internos residentes de aquí. “Es algo que yo me llevaría a Chad”. En su país hay una facultad de Medicina y Enfermería. Tienen más de una veintena de estudiantes, con un hospital en el barrio más pobre de Yamena y “su labor es encomiable”. Madengar aprovechaba la entrevista, a pesar de no hablar apenas español, para invitar a todo el mundo a que vaya de visita a Chad. 

En el Puerta del Mar.

 

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