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Conseguir que el TDAH deje de ser una discapacidad invisible

La farmacéutica Lola Palomina aborda este trastorno, que afecta a entre un 8 y un 10 por ciento de las familias en el colegio San Felipe Neri.

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 Si se dice tiene Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), su interlocutor puede que le arquee la ceja y le ponga la cara de póker. Pero si se habla de que tiene un niño hiperactivo la reacción ya deja de ser de incredulidad. El TDAH es, a juicio de la gaditana Lola Palomino, doctora en Farmacia y vocal de relaciones con asociaciones de pacientes y ONGs del Colegio de Farmacéuticos de Cádiz, una discapacidad “invisible”. Así lo puso de manifiesto en el seno de una charla que ofreció en el colegio San Felipe Neri de Cádiz, organizada a través de la asociación de padres y madres.

Según los datos que se pusieron sobre la mesa entre un 8 y un 10 por  ciento de las familias sufren este trastorno y “hemos querido dar visibilidad y sensibilizar a las familias y a la comunidad educativa, para empatizar con los padres que tienen miembros TDAH, y que, a veces, pueden resultar molestos para el resto, para la comunidad y las clases”. Son niños que tienen muchas capacidades y no se les puede dejar de lado, explicaba la presidenta del Ampa, Gema Alicia Benítez.

Palomino indicó que “a esos niños se les puede ayudar conociéndolos, entendiéndolos y respetándolos, igual que respetamos cualquier otra discapacidad, sobretodo cuando vemos una discapacidad sensorial o física y nos adecuamos a sus necesidades”. Esta es “una discapacidad invisible” porque en un primer momento apenas si se puede apreciar. Lo que sí manifestó la experta es que “estos niños sufren siendo TDAH, afecta a la atención, a la impulsividad emocional, a la concentración y al resultado escolar, por ejemplo”.


En estos momentos, existe obligación por ley de adaptar los centros escolares a las necesidades especiales de los niños que las tengan: “Los TDAH,  la dislexia, la discalculia, las altas capacidades son necesidades de aprendizaje que los colegios tienen que adecuarse para dar opciones a esos niños a alcanzar sus objetivos y llegar hasta donde puedan”.

En la adaptación ordinaria se pueden tomar medidas como acercar al niño en el aula, que los exámenes se entreguen con preguntas separadas, ya que al ver el hueco les resulta más fácil. “Se le hace una adaptación muy fácil y que no lo discrimina respecto a los demás”, matizó Palomino.

Ya se hacen adaptaciones incluso en la Selectividad. A estos niños se les permite estar en un aula un poco más de tiempo, se les permite que primero lean las preguntas y que haya menos personas en su entorno y eso es “un avance”. Cuando han visto respetadas sus discapacidades o diferencias, consiguen lo que quieren, afirma la experta que añade que uno “nace TDAH y muere TDAH, por lo que muchos de los signos de este trastorno se pueden convertir en fortalezas”. A la persona afectada se le puede dar la discapacidad del 33%.  El TDAH “diferencia pero solo hay que respetarlo y darle su lugar”.

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