La dirección de Airbus no anunció este miércoles, como algunos temían, el cierre de Puerto Real (Cádiz), pero la situación de esa planta gaditana es "crítica" y su futuro sigue en el aire, pendiente de que se encuentre una solución que garantice su competitividad y permita su continuidad.
En la reunión organizada desde su sede de Toulouse (Francia) con el comité europeo en el que están representados los trabajadores, los dirigentes del grupo no hicieron ninguna mención al cierre de ese complejo que tiene una plantilla de unas 400 personas, pero tampoco dijeron que esa posibilidad está descartada.
"La compañía no ha hecho ninguna mención al cierre o al no cierre de Puerto Real", según una declaración enviada a EFE.
PUERTO REAL, EN SITUACIÓN "DIFÍCIL"
El mensaje del fabricante es que, ya antes de la crisis del coronavirus, "Puerto Real ya se enfrentaba a un reto difícil" por el fin de la fabricación del avión gigante A380, que representaba una parte importante de la carga de trabajo de la planta. Con la covid-19 y la reducción de la actividad de Airbus ante el desplome del negocio de la aviación, la situación allí se ha "agravado seriamente", insiste el consorcio aeronáutico europeo.
La razón es que ha disminuido el ritmo de ensamblaje de los modelos A320, A330 y A350 para los que se fabrican allí diferentes componentes porque las aerolíneas no quieren recibir nuevos aparatos en un momento en que apenas pueden volar.
En ese contexto, Airbus asegura que trabaja "en la mejor solución posible para el futuro a medio y largo plazo" que garantice "la sostenibilidad de las operaciones industriales de Airbus en España" y que maximice la carga de trabajo en sus factorías.
Eso pasa por el diálogo con los sindicatos y con las administraciones locales y nacionales, con las que dice trabajar "estrechamente".
Precisamente, Francisco San José, uno de los cinco representantes de los trabajadores españoles en el comité europeo, considera "muy positivo" el hecho de que los tres directivos que estaban por la empresa -el consejero delegado, Guillaume Faury, el jefe de operaciones, Michael Schöllhorn, y el presidente en España, Alberto Gutiérrez- no hablaran ni de cierre ni de recortes de empleo.
LAS PRESIONES SOBRE AIRBUS HAN TENIDO EFECTO
Para San José, eso demuestra que han surtido efecto las presiones sobre la empresa, que se habían multiplicado tras los rumores que habían circulado en los últimos días sobre un anuncio inminente de dar cerrojazo a Puerto Real.
El representante de los trabajadores insiste, en declaraciones a Efe, en que los sindicatos "están dispuestos a hablar de todas las opciones" para garantizar la competitividad, "pero sobre las premisas de mantener los empleos y las plantas".
De hecho, las cinco centrales presentes en el comité intercentros de Airbus España habían defendido, en un comunicado difundido el martes a las puertas de los centros de trabajo en el país, que hay alternativas al cierre de Puerto Real.
Airbus tiene una plantilla de 12.600 personas en España, de los que alrededor de 3.000 -todos ellos de su división de aviones comerciales-, se encuentran todavía en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (Erte) porque el constructor se ha visto obligado a disminuir sus cadencias de fabricación mientras no puede colocar sus aviones.
A comienzos del verano pasado, el grupo europeo presentó un plan de ajuste para suprimir 15.000 de sus 135.000 empleados de todo el mundo, y 889 correspondían a la división de aviones comerciales de España, de los cuales 151 de Puerto Real.
Ese plan se está negociando con los trabajadores para tratar de encontrar voluntarios que quieran acogerse a las diferentes propuestas como prejubilaciones, bajas incentivadas, periodos sabáticos o fórmulas de movilidad, y evitar así el recurso a despidos.
Ya antes de anunciarse ese dispositivo motivado por la crisis de la covid, Airbus había puesto en marcha otro ajuste en su división de defensa y espacio para disminuir sus efectivos en 2.665 puestos de trabajo en todo el mundo, de los cuales 722 en España.