Más limpieza y menos fiestas

Publicado: 26/10/2023
Autor

Vicente Parra Roldán

Abogado y profesor, ha estado vinculado a los medios de comunicación onubenses toda la vida y colabora desde hace años con Viva Huelva

Calle Palacio

El articulista propone un paseo por las calles y situaciones de Huelva

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Periódicamente se ha llevar a cabo la limpieza de los husillos que afloran en nuestras calles y que tienen la misión de recoger las aguas que inundan la calzada
Las lluvias que cayeron, por fín, en nuestra ciudad la pasada semana nos trajeron unas imágenes que parecían haber desaparecido de esta Huelva azul y marinera, la de las calles anegadas con las aguas que bajaban de la zona alta de la ciudad para quedar depositadas en determinados espacios bien distintos de aquellos que hace años se veían totalmente cubiertos en cuanto caían cuatro gotas como la antigua Pescadería, los alrededores de la Plaza de Abastos por no decir el Muro de Santa Lucía.

Parecía que, con las reparaciones llevadas a cabo en gran parte del casco urbano, aquellas anegaciones habían pasado a la historia. Pero, en los últimos tiempos, ha surgido un pequeño problema que ha hecho que, en esta ocasión, estalle y volvamos a vivir tiempos arcaicos. Y el problema es muy simple de resolver porque, además, es conocido por los Servicios Técnicos Municipales que saben que periódicamente se ha de llevar a cabo la limpieza de los husillos que afloran en nuestras calles y que tienen la misión de recoger las aguas que inundan las calzadas.

Los husillos están conectados a la red general y sirven, entre otras cosas, para evacuar el agua de la lluvia o, por ejemplo, del riego de la propia calle, De toda la vida de Dios, cuando llegaba el otoño, un equipo de operarios procedía a la limpieza de los mismos. Aún recuerdo aquel carro en el que los trabajadores de la limpieza cargaban con los residuos que sacaban de los husillos con unos recipientes enganchados a unas largas cañas. Un sistema que hoy día, afortunadamente, está superado y que suele hacerse con un camión que, con sus potentes mangueras, va “chupando” todo lo que se ha acumulado en esos husillos que dejan más limpios que cuando fueron instalados.  

Como este año no se había llevado a cabo la necesaria limpieza de los husillos -cualquiera sabe el por qué- la suciedad imperaba y, cuando cayeron las lluvias, la corriente de aguas procedentes de los cabezos y de la zona alta de la ciudad bajaban por nuestras calles, los husillos, sucios, no pudieron absolver toda la cantidad por lo que la corriente siguió buscando las zonas más bajas de la ciudad para depositarse en unas anegaciones que habíamos olvidado.

Desde el Ayuntamiento se dice a bombo y platillo que el Plan de Limpieza impulsado por la nueva Corporación ya ha cubierto el 85% de sus objetivos. Y habrá que preguntarse si en ese Plan entra la limpieza de los husillos, algo que debe ser ordinario, cada año, y no esperar a que las aguas cubran buena parte de la ciudad, con los consiguientes riesgos para las personas, la circulación, los negocios y la vida normal de los ciudadanos.

Así pues, menos propaganda y más eficacia en los Servicios Municipales. Que no solo están para montar los recintos feriales que tantos hay en nuestra ciudad. La limpieza es más primordial y más necesarias que las ferias a las que tan apegadas está esta Corporación Municipal. 

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