Sólo la victoria aseguraba la permanencia de la Balona y el cuadro linense fue a por la misma por la vía directa ante el campeón del grupo II. Los albinegros hicieron el pasillo al Andorra, pero ahí terminaron las concesiones. Después llegó la hora de la verdad y los de Monteagudo no fallaron.

Los linenses querían aprovechar su dominio inicial ante un campeón de grupo más preocupado por la final de campeones que de este partido. Así llegó, al cuarto de hora, el zapatazo de Leandro desde fuera del área que se le coló por debajo al portero visitante. Los locales aprovecharon su buen momento para ir a cerrar el partido y evitar sustos. Fue Coulibaly  quien remató una buena asistencia de un inspirado Leandro. El Andorra no se entregó y en el tramo final de la primera parte acortó distancias en una jugada en la que David Martín cazó un rechace.

Los locales recuperaron su intensidad en el arranque de la segunda parte y Josele tuvo que salvar un remate de Koroma en el área pequeña. El duelo transcurría sin sobresaltos hasta que Jesús Muñoz clavó un cabezazo en un saque de esquina para sentenciar el encuentro y llevar la relajación a la grada, ya de fiesta hasta el final para festejar la permanencia del cuadro linense en su primera temporada en la nueva categoría, una Primera RFEF sobre la que ya cuestionan su viabilidad, entre ellos la propia entidad linense.

De momento, la Balona se gana su plaza para la próxima temporada en la actual categoría de bronce.