La ilusión que levanta el partido de Copa de este miércoles, que puede dar al Algeciras el premio de disfrutar de una gran eliminatoria ante uno de los grandes de Primera División, ayudará a mitigar la situación de los albirrojos, que empiezan a ver de cerca el peligro. Ese arma de doble filo que es el torneo copero para equipos con poco fondo de armario, como es el algecirista, hizo que ayer, con las mínimas rotaciones, resistiese casi 80 minutos ante un rival que ofreció más y que remontó un duelo que olía a posible sorpresa albirroja en Lorca.
Sin caer en el alarmismo, el Algeciras supo sufrir muchos minutos, se entregó en labores defensivas y acertó en su única ocasión de gol, pero no fue suficiente. Pero ojo, la alegría que puede dar la Copa no debe ocultar la realidad de la Liga, en la que partidos como el de ayer, en el que una victoria podría haber sido un premio excesivo pero que estuvo al alcance de la mano y que van a ser muy necesarias.
La primera parte del encuentro fue de claro dominio local. Los lorquinos empezaron muy metidos en el partido, con más intensidad que el Algeciras, que se vio obligado a atrincherarse en su propio campo. Muy ordenado tácticamente, el equipo local encontró en sus rápidos contragolpes, con gran incidencia de los jugadores de banda, la posibilidad de desarmar a la zaga algecirista.
Así, a los tres minutos de juego, llegó una contra peligrosa de La Hoya, pero sacó la defensa albirroja el centro de Josan. Sólo un minuto después, un rechace en la frontal tras otro centro desde la banda, acabó con un peligroso disparo de Carnicer que la zaga desvió a saque de esquina. La ocasión más clara de este primer tramo de partido para los locales fue en una salida de Romero, que acabó descolocado, pero centro al área lo cabeceó desviado Carlos Rodríguez.
Llegar y besar el santo
Tras el fuerte arreón inicial de los de casa el partido entró en una fase de letargo que permitió a los algeciristas tomar aire y empezar a asentarse sobre el césped después de muchos minutos a merced del rival. Pero donde sobra la calidad, basta con muy poco para sacar resultados. De esta manera, al Algeciras le bastó con una única llegada peligrosa para adelantarse. Y cómo no, el gol llegó por parte del máximo goleador del equipo en lo que va de campaña, con cuatro tantos: Javi Chico. Sobrado de clase, el capitán culminó un contragolpe albirrojo tras recibir, en la frontal del área, un pase de Alfaro para sacar un buen disparo raso y colocado.
Hasta el momento del gol, el único acercamiento de los algecireños había sido una incursión de Máiquez por la derecha, también a la contra, que terminó sin rematador. A los locales les costó varios minutos reaccionar tras el jarro de agua fría. Sólo en la recta final de la primera parte volvieron a inquietar, primero con un disparo alto de Carlos Rodríguez en el 39’ y un minuto después, con un remate de cabeza en el que Romero realizó la primera de las diversas intervenciones que le convirtieron en protagonista del partido.
Trabajo defensivo
Si el dominio fue local en la primera parte, en la segunda éste se acentuó muchísimo más. La salida en la reanudación fue tremenda para los locales, que abrumaron a un equipo algecirista al que le costó la vida frenar a La Hoya Lorca. Sin embargo, la oportunidad más clara, en el 52’, la sacó Romero a bocajarro en una nueva intervención espectacular. Josan, muy activo por la banda, se convirtió en una pesadilla, pero no logró crear ataques elaborados que terminasen en ocasiones peligrosas.
Tras el arreón inicial, que el Algeciras solventó con dificultar, pero sin daños, Manolo Sanlúcar estuvo rápido para reordenar a los suyos. Sentó a Javi Fernández, uno de los jugadores que entró en el once por aquello de las rotaciones de cara al partido de Copa de este miércoles, y a Parada, que volvía a jugar un mes después, una vez superada su lesión, y reforzó el centro del campo con la entrada de Iván y Mario. Los cambios ayudaron a que el Algeciras se afianzase y evitase un dominio tan clarísimo de los locales, que consiguieron mantener la posesión, aunque los ataques cada vez eran más esporádicos y menos peligrosos.
El técnico local metió toda la dinamita que le quedaba en el banquillo para tratar de solventar la situación. Precisamente cuando parecía que el equipo algecireño había logrado frenar al rival, La Hoya Lorca logró el empate. Fue, una vez más, en una acción a balón parado. Nico sirvió para que Ortuño rematase en el área pequeña. El gol no estuvo exento de polémica, ya que los albirrojos reclamaron que Romero había detenido el balón fuera de la línea de gol, pero el colegiado, tras dudar un par de segundos que se hicieron eternos, concedió el tanto.
Pese a una jugada de ataque nada más encajar, el Algeciras se vio de nuevo desbordado tras el gol. Los locales volvieron a tener durante varios minutos a merced a un equipo albirrojo que sufrió de lo lindo. El propio Ortuño tuvo la más clara en el 81’, pero erró solo ante Romero. Se intuía que tras el empate, los locales tenían muchas opciones de remontar, porque acosaron al Algeciras. Poco después del primer gol y cuando apenas faltaban cuatro minutos para el final, un pase al interior hacia Pallarés concluyó en la red, ya que el delantero no falló solo ante Romero.
Ficha técnica:
La Hoya Lorca: Alberto, Pina, Prior (Nico, 61'), Sergio Sánchez Morillas, Manolín, Fran Carnicer, Josan, Ortuño, Rosa (Pallarés, 75') y Carlos Rodríguez (Carlos Martínez, 46').
Algeciras: Romero, Máiquez, Berlanga, Carlos Fernández, Víctor González, Parada (Mario, 55'), Javi Chico, Borja, Javi Fernández (Iván, 55'), Alfaro (Carlitos Andújar, 84') y Melchor.
Árbitro: Miguel García Aceña (Valencia). Amonestó a los locales Sergio Sánchez, Pallarés, Fran Carnicer y Josan; y al visitante Berlanga.
Goles: 0-1 Javi Chico (m.28); 1-1 Ortuño (m.78); 2-1 Pallarés (m.86).
Incidencias: Partido de la octava jornada de Liga en el grupo IV de Segunda División B, disputado en el Francisco Artés Carrasco, de Lorca.