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Campo de Gibraltar

Rosario, Travis y The Vamps emocionan en la primera jornada del GMF

El Gibraltar Music Fest se consolida como uno de los grandes festivales europeos del verano

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  • Gibraltar Music Festival -

El estadio Victoria de Gibraltar acogió ayer la primera jornada de la quinta edición del Gibraltar Music Festival. Miles de personas se dieron cita en el Victoria Stadium para asistir a un evento que reunió a 38 actuaciones en cinco escenarios (Main Stage (Escenario Principal), Gibtelecom, Seaside (Junto al Mar), Acoustic (Acústico) y Comedy (Monólogos). El escenario Circus, con espectáculos y atracciones para los más pequeños, completaba la oferta. Artistas británicos, norteamericanos, gibraltareños y españoles protagonizaron una jornada que dejó a los asistentes con ganas de repetir1 <#_bookmark0>. Una ubicación privilegiada, con el Peñón como telón de fondo, una selección musical heterogénea, instalaciones destinadas a los niños y una variedad de servicios adicionales son algunas de las características que hacen del Festival un evento único.

Entramos a pie desde La Línea de la Concepción (Cádiz) y la nube de Levante, desplegada como una estela sobre la cima del Peñón, nos da la bienvenida a los que cruzamos la frontera camino del estadio. A primera hora de la tarde, el público esperaba las primeras actuaciones. Los gibraltareños Frontiers fueron los encargados de romper el hielo con un pop maduro y contundente. Dejaron buen sabor de boca otros artistas locales, como Gabriel Moreno, Layla Bugeja, Christian Celecia, Jet Stream, Dead City Radio y Georgia Thursting. Llamó la atención la versatilidad del infalible Adrian Pisarello. Ya conocíamos en su vertiente de cantautor reivindicativo de la identidad yanita y de músico de rock progresivo con toques aflamencados, pero ayer sorprendió con un nuevo registro al más estilo del más puro rock and roll americano. Del otro lado de la frontera llegó la cantautora Nadia Álvarez, nada acostumbrada a multitudes, pero que solventó con nota su actuación o los linenses Enkalomaos, que descargaron una dosis generosa de flamenco fusión, muy bien recibida por el público del escenario Gibtelecom.

Pop británico de ahora y de siempre

Nathan Sykes encandiló al público con una actuación con grandes momentos, como su interpretación al piano de Over and Over Again o el momento funky con Give It Up. Louisa Rose Allen, la inglesa más conocida como Foxes, desplegó sus mejores armas pop cantando tras un micrófono al que había atado una bandera de Gibraltar con la que luego se enfundó. Dejó el ambiente caldeado para el grupo que los más jóvenes esperaban desde hace horas: The Vamps.

No hay que dejarse engañar por los pantalones de pitillo, las camisetas extra grandes y los tupés de geometría perfecta. Vistos de lejos, The Vamps prometen ser la típica banda de jovenzuelos guapos y desenvueltos que baila bastante y canta de una forma lo suficientemente aceptable para justificar el griterío de sus fans. Se ajustan a esa imagen con descaro, pero hay mucho más. Los chicos cantan, tocan y se mueven por el escenario como pez en el agua. Brad, James, Connor y Tristan se habían metido en el bolsillo a sus seguidores más leales antes de empezar, pero bastaron unos minutos para convencer a los escépticos. Desplegaron un pop eficaz y sin complicaciones, tocaron, sobre todo, temas de su último disco, Wake up, pero también algunos de su primer trabajo, Meet the Vamps.

Brad, el vocalista, se reveló como un auténtico showman, arropado por sus compañeros. Saludaron a Gibraltar, hicieron que el público de todas las edades coreara sus canciones y desataron la locura cuando interpretaron uno de sus grandes éxitos, I Found a Girl.

En el escenario Gibtelecom, poco después le llegaba el turno a Paul Young. La de ayer no fue la primera vez que actuaba en Gibraltar. Ya lo hizo en 1986 en The Rock Show2 <#_bookmark1>, un concierto celebrado a bordo del barco Ark Royal que congregó a estrellas del momento como Cindy Lauper, Chrissie Hynde (Pretenders) y Bob Geldof, entre otros. Young era entonces uno de los nombres más conocidos de la fiebre ochentera; ayer, se mostró como un músico maduro que sigue disfrutando sobre el escenario y haciendo disfrutar a quienes lo escuchan.

Desgranó cortes de sus discos más recientes, sin olvidar algunos de los temas que le hicieron célebre como Every Time You Go Away o Come With Me And Stay y con concesiones a las versiones, como Senza Una Donna de Zucchero. Rodeado de una banda excelente, se retiró con una de las grandes ovaciones de la noche.

Enamorados de la música

¿Por dónde empezar con Travis? La banda de Glasgow se dejó absolutamente todo en el escenario. Fran Healy y su corte de músicos escoceses demostraron que todavía se hacen discos que vale la pena escuchar enteros y conciertos que no deberían acabar nunca. Así de rotundo. Salieron ante un estadio medio vacío, con los asistentes del festival repartidos entre otros conciertos, puestos de comida y entretenimientos varios. Acabaron con un estadio lleno y una zona de periodistas tomada al asalto por público VIP. Todos querían ver la magia de cerca.

Abrieron el set con Sing. Era un sonido limpio y envolvente del que todos los miembros del grupo fueron culpables. Es difícil resistirse a la combinación de la voz cautivadora de Healy con el bajo del efervescente Dougie Payne. ¿Podríamos decir que desde Joy Division no se había visto una combinación tan estremecedora en de voz y bajista? Neil Primrose completaba una base rítmica contundente y la guitarra de Andy Dunlop se encargó de rematar el cóctel que desencadenó una hora de hipnosis colectiva.

Tan buena como la música fue la lección de amor por la música que dio Travis en una noche de levante sosegado. Healy cantó entre la multitud, explicó que los móviles que nos tanto comunican acaban aislándonos y se acercó a los niños de la primera fila para explicarles “esto es una guitarra y con esto se hace música”. “You rock” (moláis), les dijo. Y los niños le creyeron. Los pequeños cantaron con él, no le perdieron de vista durante el concierto y tal vez tampoco pierdan de vista ese momento durante el resto de sus vidas.

Resulta difícil quedarse con un tema. Las ganadores del concurso “Meet and greet” para conocer a la banda lo cantaron todo y se dejaron la voz con el acústico Flowers in the Window. Naty, llegada desde Algeciras, cuenta la experiencia: fue su amiga quien ganó el concurso. Ella ya había visto al grupo cuatro veces y, después de ayer, piensa volver a verlo todas las veces que pueda. Abrazos, simpatía a raudales y una conversación amable en los camerinos sobre música, camisetas y temas de actualidad. Una noche redonda.

Rosario saluda en inglés y Gibraltar la despide con un “olé”

“Química” es lo que define lo ocurrido entre Rosario y su público de anoche. No hubo un comienzo. Rosario, aquella Rosarillo, la hija de La Faraona y El Pescaílla llegó desbordando el escenario. Contó que es la primera vez que pisaba Gibraltar . “Ya estoy en Gibraltar, dentro de poquito, concierto”, tuiteaba desde su cuenta unas horas antes de su actuación. La foto de la bahía en calma contrasta con el terremoto que desató después.

Demostró que hay artes que no se aprenden, que vienen de serie. Derrochó cante y baile, sin guardarse nada para ella y con el respaldo de unos músicos de nota, con su bajista y compositor de siempre, Fernando Illán, siempre fiel. Convenció incluso a quienes pasaban allí como por casualidad, porque los artistas de verdad se suben a las tablas y se convierten en imanes que hacen que cualquier brújula pierda el norte.

En mitad del concierto se para, levanta la mano para brindar un saludo y dice: "Gibraltar, por Diooos, buenas noches, good niiiight". La gente grita, aplaude, grita y aplaude. Entona Te Quiero de Nino Bravo y todos cantan con ella. Pasa del pop español de los setenta a la rumba para su padre (Al Son del Tambor) y de ahí a la canción susurrada por su hermano “desde el cielo” (Qué Bonito). Vuelve al flamenco, luego al funk, se mueve por el escenario. No para. Esta chica es la Mick Jagger flamenca. Ella se fue, parecía que un poco a su pesar, y el público le dijo adiós con un “¡oooolé!”.

Cuando aún no había acabado Rosario, Ne-Yo ya estaba descargando su R&B al estilo de la vieja escuela, pero renovado con el toque que le ha reservado un lugar entre los favoritos del género, con canciones como Beautiful Monster. Les dedicó un guiño a las “beautiful women of Gibraltar” (las mujeres guapas de Gibraltar), bailó, cantó y dejó claro que todo lo hace bien.

Ne-Yo puso el punto y seguido. El festival se reanudará hoy con Orfila y terminará con Stereophonics, Los Secretos mediante, con las puertas abiertas para toda la familia. Los niños, que tienen entrada gratuita, podrán volver a disfrutar de las atracciones. Quienes quieran tomarse un descanso de la música pueden pasarse por el escenario de cómicos. ¿Hacen falta más motivos para volver al #GMF16?

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