"Nos apedrean a diario y ya no aguantamos más. Tenemos miedo", indica a VIVA un vecino de Puente Mayorga que prefiere ocultar su identidad por temor a represalias.
Como él, los vecinos de la zona no aguantan más la situación insostenible que se mantiene desde el año pasado, cuando familias okupas se instalaron en las 40 viviendas de la promotora Azahar Inmuebles de Puente Mayorga.
"Estamos sufriendo porque estas personas no nos dejan vivir". Según relata, "nos tiran piedras, basura, nos insultan, ponen la música a todo volumen y hasta la madrugada, incluso tiran desde la azotea el agua de una piscina que han colocado allí". A este problema grave de convivencia se suma, según los vecinos, que ex una zona "conflictiva".
Por todo ello a lo largo de este año han ido presentando varias denuncias y han llamado en muchas ocasiones a Guardia Civil y Policía Local. Pero "la situación sigue exactamente igual que hace casi un año".
Desahucio masivo
A finales de noviembre un total de 59 personas fueron citadas en los juzgados de San Roque. La jueza les dio de plazo hasta enero para desalojar voluntariamente las viviendas y, a partir de ese momento, llegarían los desahucios. Algo que no ha ocurrido hasta la fecha.
Desde el Ayuntamiento de San Roque, la edil de Seguridad, Mercedes Serrano, ha indicado a VIVA que "vamos a solicitar que se ejecute la sentencia", lo que conllevaría el desahucio masivo del bloque, "donde todas las viviendas están ocupadas".
Precisamente la semana pasada Serrano, y la edil de la Bahía, Mónica Córdoba, mantuvieron una reunión con los vecinos afectados. "Nosotras vivimos en la zona y sabemos que existen problemas de convivencia. No respetan ordenanzas municipales, hay ruidos y mala vecindad", indica Serrano que, no obstante, apunta que "no hay incremento de la delincuencia ni de la criminalidad".
Según Serrano, Guardia Civil y Policía Local trabajan conjuntamente con el fin de que exista "una presencia más asidua para que los ocupantes de las viviendas respeten las normas".
En la misma línea se han pronunciado desde la Guardia Civil ante las preguntas de VIVA. Indican que "todavía no se ha recibido ningún auto para acompañar al secretario judicial para proceder al desalojo de las viviendas", e insisten en que se ha aumentado "la vigilancia en la zona", a pesar de que "no ha habido incremento de robos, de violencia ni de delincuencia".
"Vivimos en una cárcel"
La cuestión es que los vecinos, asustados, han optado por poner rejas en la entrada de sus viviendas y en las propias casas. "Parece que vivimos en una cárcel y no podemos utilizar ni siquiera la plaza".
Y es que, aseguran, las piedras más grandes que los puños de una mano "vuelan". Llegan a tener la ropa con casco protegiéndose así de posibles impactos.