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La pulsera del acusado lo sitúa en su vivienda a la hora del asesinato

La directora del CIS responde a preguntas del Ministerio Fiscal y de los abogados de la acusación y defensor por el asesinato de un discapacitado en La Línea

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  • Juicio por asesinato. -

El juicio por el asesinato de J.D.R., un hombre discapacitado que murió al recibir dos disparos en la noche del 30 de diciembre de 2013 en la barriada de Los Junquillos, de La Línea, prosigue hoy con varios testimonios considerados de relevancia en el caso.

Uno de los testimonios más significativos de la jornada ha sido el de la directora del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que recoge las entradas y salidas de la vivienda del acusado que portaba una pulsera telemática debido a que se encontraba en situación de tercer grado.

Según ha indicado, a las 2.18 horas se detectó la entrada de A.F.C. (único acusado del caso) a su vivienda, en el Junquillo. Se detecta su salida del inmueble a las 2.34 horas. Es la baza de la defensa, ya que lo sitúa en su casa cuando supuestamente se cometió el asesinato, a las 2.22 horas de la madrugada del 30 de diciembre. A partir de ese momento ya no se sabe del estado en el que estaba la pulsera, ha indicado. Ha explicado, asimismo, que cuando un transmisor (pulsera) está roto, el receptor de la vivienda lo detecta, algo que no se produjo esa noche. 

Esa misma noche otros receptores detectaron la presencia de A.F.C. Uno de ellos, el de un vecino del acusado con quien él mismo había declarado ayer que estuvo tras pasar por casa y hasta la madrugada. Sin embargo, un tercer receptor, situado en La Colonia, lo localizó a las 2.39 horas.

Según ha indicado la responsable del CIS, no es hasta el día 31 cuando los responsables técnicos de la pulsera telemática detectan que el acusado había incumplido su horario, pues debía haber estado en su domicilio el 29 de diciembre a las 23.00 horas. Cuando cotejan los datos se cruza la información con el Cuerpo Nacional de Policía, que buscaba ya a A.F.C. 

Otros testimonios

La mujer del acusado mostró su deseo de no prestar declaración, pero finalmente se sometió a las preguntas de las partes al indicarle el juez que estaba obligada a declarar, aunque matizó que tenía el derecho de no responder a preguntas que pudieran perjudicar a su marido.

La esposa de A.F.C. confirmó la versión dada por su marido de que se marcharon a Fuengirola a pasar las fiestas navideñas con la familia al día siguiente del crimen. Si bien no puede asegurar si el marido pasó la noche fuera, sabe que amaneció en su casa, puesto que estaba allí cuando ella se despertó. También comenta que no le vio preocupado y que se enteró de la muerte de J.D.R. por rumores que fueron saliendo los días siguientes.

De igual modo, declararon la suegra del acusado y unos amigos del mismo. La primera aportó el dato de que ni su hija ni el acusado tienen llaves de su casa y que, por tanto, no fueron allí tras ocurrir el crimen. Tampoco sabe si la famosa pulsera de identificación citada ayer en la vista, y que la defensa esgrime como principal argumento de su defensa, estaba en su casa.

En cuanto a los amigos del presunto asesino, uno de ellos admitió que recibió una llamada a la 1.30 horas de la noche de autos en la que habría constatado que ni el presunto asesino ni su víctima parecían tener ningún altercado.

En términos similares se expresó el vigilante de seguridad de uno de los locales a los que acudieron aquella noche víctima, presunto asesino y principal testigo del caso, quien tampoco vio conflicto entre ellos, ni pudo confirmar si habían consumido o no estupefacientes, como mantiene el acusado. Sí que admite que pudo observar que se llevaban un teléfono a la oreja, por lo que podían estar hablando con alguien. El vigilante fue el primero en declarar.

Poco después lo hizo el que era comisario de La Línea en aquel momento, quien básicamente confirmó que, si bien no llevaba directamente la investigación, era el responsable de las comunicaciones de la Policía Nacional con el juzgado y de la cadena de custodia de las pruebas del caso. También indicó que en ningún momento se había solicitado informe sobre la pulsera.

Instructora del procedimiento

La última declaración de la mañana de este martes ha sido la de la inspectora de Policía Nacional instructora del procedimiento.

Ha indicado que A.F.C. no se presentó en Comisaría hasta el 30 de enero, justo un mes después del asesinato, desmintiendo así al propio acusado que ayer había indicado que no recordaba el día en el que se presentó ante la policía, pero que había sido solo unos días después de los hechos.

Sobre el testigo principal, que pasó la tarde y noche anterior al asesinato con víctima y presunto asesino, ha indicado que intentaron localizarlo para tomarle declaración. Que agentes de la Policía se personaron en su domicilio en dos ocasiones y que, finalmente, acudió a Comisaría el día 31 de diciembre. Allí, según su testimonio, acusó a A.F.C. de haber disparado en dos ocasiones. Ese mismo día los suegros del acusado abrieron la vivienda de A.F.C. En el registro vieron que las luces del salón y del árbol de Navidad estaban encendidas. No encontraron ningún arma.

El juicio continuará esta tarde con la declaración de agentes de la Policía Científica del CNP y de policías locales de Los Barrios que identificaron a los ocupantes del coche de A.F.C. en un control rutinario cuando salían del local de alterne de Los Cortijillos, último local en el que habían estado tras una tarde-noche de alcohol y drogas antes de dirigirse a La Línea, donde se produjo el asesinato.

 

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