La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, indicó hoy de que no firmará un acuerdo sobre el "brexit" con la Unión Europea (UE) a "cualquier precio" y advirtió de que todavía quedan obstáculos "significativos" en el diálogo con Bruselas.
"Las dos partes queremos llegar a un acuerdo, pero aquello que estamos negociando es inmensamente difícil", admitió la jefa del Gobierno británica en un discurso durante un banquete ofrecido por Charles Bowman, alcalde de la City de Londres, centro financiero de la capital británica.
May aseguró que no "comprometerá" el resultado del referéndum de junio de 2016, en el que el 51,9 % de los votantes se decantaron por romper los lazos con la Unión Europea.
"El diálogo sobre el 'brexit' no versa sobre la fortuna que vaya a tener yo, sino sobre el interés nacional, y eso significa que tomaré las decisiones que considere correctas, no las más sencillas", dijo la primera ministra.
Ante representantes del mundo de los negocios y de la política del Reino Unido, May aseguró que los ciudadanos britzánicos quieren "de forma abrumadora" que su Ejecutivo continúe adelante con el "brexit".
Subrayó que está trabajando "extremadamente duro" para alcanzar un pacto, pero que no lo firmará "a cualquier precio".
"Cualquier acuerdo debe asegurar que retomamos el control de nuestras leyes, nuestras fronteras, nuestro dinero, y asegurar nuestra capacidad para firmar nuevos acuerdos comerciales en todo el mundo", señaló May.
"Dejar la Unión Europea es una oportunidad para elevar nuestros horizontes hacia el resto del globo", dijo la primera ministra, que aseguró que al mismo tiempo aspira a mantener una relación "cercana" con los demás países europeos.
"Todavía seremos vecinos y lideraremos la lucha por los mismos valores: la libertad, la democracia y el imperio de la ley", dijo la jefa de Gobierno.
El Reino Unido debe ser después del "brexit" en un "centro de conexión" del comercio internacional, sostuvo la mandataria conservadora.
Londres y Bruselas esperan llegar en los próximos días a un acuerdo sobre las condiciones de la salida británica de la UE, que se materializará previsiblemente el próximo 29 de marzo.
La cláusula de seguridad para asegurar que no se levantará una frontera en Irlanda del Norte en caso de que el Reino Unido y el bloque europeo no lleguen a un acuerdo de libre comercio en los próximos años continúa siendo el principal escollo en el diálogo.
Si alcanza un acuerdo con Bruselas, May deberá entonces someterlo a votación en el Parlamento británico, donde por el momento no tiene asegurada una mayoría de diputados, dado que la facción más euroescéptica de su partido se ha mostrado en desacuerdo hasta ahora con sus planes.