El título de esta crítica hace referencia a uno de los temas estrella de este filme. De hecho, su hilo conductor musical, junto a una preciosa canción cantonesa. Una suerte de himno, que abre y cierra la película. El archiconocido ‘Go West’, de Village People, en su versión más popular, la de los Pet Shop Boys. Pero lo que ‘Más allá de las montañas’, de Jia Zhangke, en realidad nos propone es una inmersión en su país, China. Vamos, pues, al Este.¡¡¡ Go East !!!.
Estructurada en tres partes -que corresponden a otros tantos años y décadas, entre los principios de este siglo y un futuro no muy lejano- narra la historia de dos amigos muy diferentes, enamorados de la misma joven. Los tres mantienen una sólida camaradería, que se altera bruscamente con la presión del triunfador -empresario prepotente y chulesco, con un gran futuro por delante- sobre la chica para obligarla a decantarse y el respetuoso silencio del perdedor, obrero en una mina. Tal decisión cambiará sus vidas para siempre.
131 minutos de metraje. Escrita por el propio director. Su bellísima fotografía está firmada por Yu Lik-wai. La música, por Yoshihiro Hanno. Fechada en 2015. A quien esto firma, le ha suscitado una intensa división de impresiones que intentará trasladarles lo más ajustadamente posible.
En primer lugar, no pudo sustraerse a su interés por su narrativa no convencional. Por el retrato que hace de una China tan contradictoria entre el nuevo modelo capitalista y la República popular . Entre sus señas de identidad comunistas y su feroz clasismo. Entre la modernidad y la tradición. Entre sus avances tecnológicos y sus carencias en servicios públicos fundamentales. Entre las nuevas jerarquías y valores y las seculares injusticias y discriminaciones como las de las mujeres. Por el plano final.
Quien esto firma también ha sido sensible a la hermosura de sus imágenes, a su belleza plástica, a la singularidad de su puesta en escena. Y ya hemos mencionado su vibrante banda sonora. Pero… ha encontrado importantes inconsistencias en el guión. Escaso, o nulo, interés por el desarrollo y evolución de los personajes y sus interrelaciones mutuas. Un alargamiento de situaciones, combinada con bruscas elipsis temporales, en las que se elude cualquier referencia a hechos que hubieran debido ser mostrados.
Un triángulo que no es tal. Uno de sus vértices del que, en sí mismo y como representante más castigado de su clase social, nos hubiera gustado saber mucho más. Un joven del que, tal como está inserto en su época y en el relato, nos hubiera gustado saber mucho menos. Una tercera parte -que ciertos sectores de la crítica han apreciado especialmente- directamente prescindible y con momentos, a cargo del odioso progenitor, sonrojantes.
Una película cuyo interés desciende cuando no aparece la excelente y magnética Tao Zhao , que la salva de muchos naufragios y cuyo talento y sensibilidad están muy por encima de ella y del esquemático retrato que se hace de su protagonista. Puestas así las cosas desde quien esto firma, con sus luces y sus sombras, debe verse.