Se perciben signos de euforia en las filas del PP. Todas las encuestas vienen a confirmar que, para sus electores, están transitando en Andalucía por la senda correcta, lo que se traduce en un incremento de apoyos en los sondeos a la vez que una creciente valoración de su líder, Juan Manuel Moreno Bonilla. Y a esto se une que los fastos en torno al 28- F han venido a premiar la estrategia largamente estudiada de, más que abrazar, hacer suyo el “andalucismo” del que hacía gala el PSOE. Se trataba de una vieja aspiración que Javier Arenas persiguió sin éxito. El proyecto carecía de la credibilidad suficiente y sólo cuando decidieron no quedarse fuera y apoyar al nuevo Estatuto de Andalucía, que incluye preceptos calcados del catalán que, en cambio sí rechazaron y recurrieron al Tribunal Constitucional, comenzaron a poner las bases de una reivindicación en favor de Andalucía, sin complejos ni deudas con el pasado.
Dicha apuesta se comprobó, de inmediato, cuando Moreno, nada más tomar posesión como presidente de la Junta, visitó en su domicilio a Clavero y ,más tarde, cuando se le concedió un homenaje, situándolo el PP poco menos que a la altura de Blas Infante , considerado el “padre de la patria andaluza”. Hubo cena de gala en Sevilla, bajo la cobertura de la Fundación Aljabibe, encabezada por Rafael Escuredo, quien se mostró muy agradecido ante los nuevos gobernantes por el apoyo que le daban tanto a su entidad como al propio Clavero. Lo que pasó después , ya se sabe: la figura del mismo Escuredo desdibujada, bajo la sombra del ex ministro de UCD que daba nombre a la medalla que le imponía Moreno. Asumía así un papel secundario uno de los más emblemáticos protagonistas en la historia de la autonomía andaluza . Allá él, pero lo cierto es que ese hito del que ha sido participe abre una nueva etapa más que inquietante de los socialistas andaluces aparte de ser una gran jugada del PP.
A estas alturas, esa idea hasta ahora muy consolidada de que el PSOE era el partido que mejor defiende los intereses de los andaluces, atributo al que los socialistas tanto provecho han sacado, ya está más que cuestionada, sin que , tampoco, se perciba un papel de oposición firme y de alternativa real a sus contrincantes. Se une, además, la circunstancia de la correspondiente baja temporal por maternidad de su líder, Susana Diaz. Puede que, a pesar de todo, tengan su hoja de ruta bien definida, pero dan la sensación de que no se confronta debidamente la acción de gobierno. No es de extrañar, por tanto, que muchos se pregunten, mirando hacia la calle San Vicente, sede del PSOE regional : ¿ hay alguien ahí?
