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El Getafe mantiene su inercia anodina y limita aspiraciones del Espanyol

El empate entre Valladolid y Málaga salvó al cuadro madrileño, que, con el punto que sumó ante el Espanyol, se mantiene a cuatro de distancia de las posiciones peligrosas

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Getafe y Espanyol sumaron un aburrido empate (0-0) que mantiene la inercia anodina de los azulones, que no han ganado en los últimos once partidos, y limita las aspiraciones de entrar en zona europea del conjunto de Javier Aguirre.

El empate entre Valladolid y Málaga salvó al cuadro madrileño, que, con el punto que sumó ante el Espanyol, se mantiene a cuatro de distancia de las posiciones peligrosas. Fue un mal menor para el cuadro de Luis García, que, igual que el que hoy dirigió Alfredo Tena, con Aguirre suspendido en el palco, firmó noventa minutos que no quedarán en el recuerdo.

Freddy Mercury, cantante de Queen, era un artista que se lo pasó muy bien. Sobre todo en los años setenta, donde regó de champán sus fiestas inabarcables, excesivas y bastante divertidas, como en alguna ocasión contó. En aquellos años gloriosos del grupo británico, el sopor no estaba permitido.

Mercury lo tenía claro: "El aburrimiento es el mayor mal de todo el mundo. A veces pienso que debe haber más en la vida que correr todo el tiempo como un loco, aburriéndose".

Por Getafe se corrió a lo loco y en el Coliseum se están acostumbrando a aquello que tanto odiaba el genio de Zanzíbar. Hace mucho, mucho tiempo, que ese estadio no disfruta de un gran partido de su equipo. Además, juegue mal o bien (ha jugado algún buen encuentro lejos de su feudo), los resultados no llegan. Antes del pitido inicial, encadenaba diez partidos seguidos sin ganar. Sumó uno más, once.

Una cifra excesiva para un club que hace no mucho soñaba con jugar en Europa. Pero la realidad era otra y ésta encendió las luces de alarma: desde el 29 de noviembre el Getafe no ganaba, cuando derrotó 1-0 al Levante. Algo más de tres meses sin sumar tres puntos de una tacada. Mucho tiempo y bastante sopor en diciembre, enero y febrero. Un 2014 nefasto.

Y parecía que el "show" debía continuar. "The show must go on", que cantaría Mercury. Pero en Getafe no es espectáculo del bueno, el que hay cada dos fines de semana es el regular, en el que viven inmersos en el Coliseum, que, por cierto, no presentó una buena entrada. Ni siquiera con la oferta del club: por veinte euros, cada abonado podía conseguir dos entradas.

Pero el tema del público y la entidad del sur de Madrid es otro. El importante es el fútbol, y en el Getafe-Espanyol la primera parte fue tediosa. Por un lado, estaba el cuadro local, con ganas de tocar la pelota y llegar a la portería de Kiko Casilla por medio del buen juego. Eso sí, sin éxito. Por otro, el Espanyol, jugó sin intermediarios. Pelotazos al colombiano Jhon Córdoba y a Sergio García, a ver si caía algo.

Lo que cayeron fueron 45 minutos plomizos resumidos en cinco tarjetas amarillas, dos disparos desde lejos de Ángel Lafita que paró sin problemas Kiko Casilla y más de lo mismo en el otro lado: un zurdazo de Sergio García que detuvo Miguel Ángel Moyá. Eso fue todo.

El segundo acto mejoró un poco. El Getafe, acuciado por la necesidad, intentó estirar sus líneas. Sacó al terreno de juego al croata Jorge Sammir, que debutaba en la competición y tenía la misión de compartir su creatividad con sus compañeros. Luis García también dio minutos a Adrián Colunga, para dar más mordiente al pobre ataque azulón.

Mientras, el técnico mexicano Javier Aguirre, desde la grada (fue sancionado la pasada jornada), apostó por el control. Quitó del campo a Córdoba y sacó a Álex Fernández, que dio más posesión al bloque 'periquito'.

Todo eso no fue suficiente para mejorar el espectáculo. Pero una cosa estaba clara: en un partido sin casi ocasiones, el que marcara primero iba a ganar. Lo pudo hacer Sergio García, con un disparo desde fuera del área que en el minuto 78 salió lamiendo el poste derecho de la portería que defendió por accidente casi toda la segunda parte Jordi Codina (sustituyó a Moyá, que se marchó lesionado)

Y eso fue todo. Las intenciones fueron buenas, pero nadie marcó. Todo acabó como empezó, con bostezo. George Harrison era como Mercury y también tuvo su frase al respecto: "Los Beatles salvaron al mundo del aburrimiento", dijo. Antes del inicio del duelo, por megafonía, su grupo no sonó. Por eso, tal vez, pasó lo que pasó y la vida sigue igual, que cantó Julio Iglesias. El Getafe sigue sin ganar, coquetea con el descenso y el Espanyol sigue en tierra de nadie.

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