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Martes 16/04/2024  

Desde el Baluarte

Desórdenes públicos

Desde el primer día de establecimiento del estado de alarma en la primera versión, es decir, la del mes de marzo, he defendido dicha medida como posibilitadora

Publicado: 28/10/2020 ·
17:41
· Actualizado: 28/10/2020 · 17:46
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  • Disturbios. -
Autor

Miguel Ángel Ruiz Anillo

Miguel Ángel Ruiz Anillo es asesor jurídico y colaborador social en diferentes proyectos con una dilatada experiencia

Desde el Baluarte

Desde el Baluarte el autor pasa revista a la actualidad social vista desde su construcción más justa

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Desde el primer día de establecimiento del estado de alarma en la primera versión, es decir, la del mes de marzo, he defendido dicha medida como posibilitadora del control de la población y como dique de contención frente a futuros contagios.

Todos los expertos en salud pública y pandemias aconsejan que se deben establecer limitaciones en la movilidad de los ciudadanos con el fin de no expandir en gran medida un virus que complica nuestras vidas y que está tomando consideraciones importantes en esta segunda ola.

A todas luces se deben tomar medidas tendentes a reducir la curva de contagios y no sólo España está adoptando medidas sino que en el conjunto de la UE, en gran número de países, se está adoptando esa postura de toques de queda con el fin de evitar el ocio nocturno y las relaciones interpersonales en esos ambientes que generan, según los expertos, un treinta por ciento de los contagios actuales.

Aquí cabe pedir responsabilidad a los ciudadanos. Siempre debemos tener esa responsabilidad compartida para llevar a buen puerto la gestión de esta crisis sanitaria, social y económica. No debemos ser egoístas en ese sentido. No cabe pedir a quienes nos gobierna una posición firme y de solución cuando, desde nuestro ámbito personal, no estamos ayudando a la contención del coronavirus.

Sé que esto es complicado, que hay muchos lectores que estén en contra de esto que les digo, que incluso sean de los que cuestionen el uso de mascarillas. Pero, sin lugar a dudas, todos, desde nuestros ámbitos de decisiones debemos ayudar a frenar esa expansión que conllevaría de seguir así un colapso del sistema sanitario y unos porcentajes tremendamente elevados de fallecimientos entre la población española. No sólo la catalogada como de riesgo, sino en general porque las consecuencias que tiene para nuestra salud el coronavirus son imprevisibles.

Frente a esta responsabilidad hoy desayunaba viendo noticias de desórdenes públicos en un barrio de Sevilla capital. Me parece tremendamente preocupante que frente a una medida tomada por el Gobierno como lo es el toque de queda haya una respuesta con bastante poca sensatez que conlleve la quema de contenedores y la necesidad de abordaje de disturbios por parte de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.

¿Dónde está nuestra responsabilidad?, ¿dónde  han quedado los aplausos en los balcones a las ocho de la tarde para agradecer el trabajo de sanitarios y de esas fuerzas y cuerpos de seguridad a las que hoy se le lanzan cohetes y piedras?

Es cierto que no se puede generalizar. Que ese vandalismo solo es consecuencia de un grupo mínimo de personas. Pero es una chispa que se ha encendido y veremos las consecuencias que tiene de cara al futuro.

Ojalá me equivoque.

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