El acuífero de Doñana muestra una tendencia desfavorable y la mayoría de sus zonas se encuentran actualmente en una situación de "alarma", según los resultados del control oficial de las aguas subterráneas realizado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG).
Así se recoge en el 'Informe preliminar sobre el estado de los acuíferos del entorno de Doñana', correspondiente al año hidrológico 2022-2023, al que ha tenido acceso EFE, en el que se señala que la precipitación del año hidrológico 2022/23 fue de 323 mm. (Octubre 2022-Septiembre 2023), por lo que se considera un año "seco", prolongando un año más un período iniciado hace una década, considerada como la más seca desde 1970.
Se precisa en el documento que de los 16 sectores en los que se divide el acuífero ni uno sólo está en situación de normalidad; concretamente, tres se hallan en estado de 'prealerta', la misma cifra que el año pasado; tres en estado de 'alerta', tres menos que en 2020-2021, y el peor dato se ha aumentado en una las zonas en 'alarma', pasando de nueve a diez.
Todo ello a pesar de que las extracciones han disminuido en 10,5 hm3 desde 2015, 6,8 hm3 tras la compra de Los Mimbrales y 3,7 hm3 tras la sustitución por aguas superficiales en la zona del "Arroyo de Don Gil", mejorando la situación de las zona en las que se han aplicado, a pesar del ciclo seco.
Los técnicos precisan que "el actual grado y modo de explotación de los recursos subterráneos del acuífero compromete su buen estado y el de los ecosistemas terrestres que de él dependen, lo que se evidencia en que tres de las cinco masas de aguas subterráneas que forman el sistema no alcanzan el buen estado cuantitativo".
Medidas propuestas
En opinión de los técnicos de la CHG, esta situación "obliga a la administración hidráulica a tomar una serie de medidas para asegurar el no deterioro, así como a realizar todas las acciones posibles para revertir este mal estado con vistas al horizonte de 2027". También consideran "urgente" que por parte de la autoridad competente se tomen medidas para mantener los niveles de nitratos dentro de los marcados por la normativa".
Tras recordar que la CHG declaró el 16 de Julio de 2020 en Junta de Gobierno declarar en mal estado tres MASB (Almonte, Marismas y La Rocina) y en riesgo de no alcanzar el buen estado cuantitativo y tampoco el químico en caso de La Rocina, inciden en la necesidad de desarrollar una estrategia para el buen estado de las masas de agua de Doñana que debe contemplar, entre otros aspectos, el "incremento cero" de la superficie susceptible de obtener concesión para riego, la aplicación rigurosa de la legalidad, el cierre de captaciones ilegales o la eliminación de regadíos no legalizables.
Se plantea como horizonte la vuelta en 2027 a la situación del año 2000, lo que requerirá como mínimo la implementación completa del trasvase de 19,99 hm3 previsto en la Ley 10/2018, así como medidas para disminuir las extracciones en la zona de contacto entre las masas de agua Almonte y Marismas con aportación de aguas superficiales incrementando; uso conjunto de aguas reguladas, no reguladas, regeneradas y subterráneas de modo que estas disminuyan sustancialmente o recarga artificial en aquellas zonas donde sea viable.
Por último, se apuesta por la elaboración por parte de la administración de Planes de Extracción, que garanticen el cumplimiento de los objetivos planteados; el refuerzo de la guardería fluvial, o la incorporación de la modelización hidrogeológica de Doñana al trabajo cotidiano de la CHG para el apoyo a la toma de decisiones.