El nombre ya hacía presagiar que los jartibles de San Fernando no se perdían ni una. Y así se confirmó anoche sobre las tablas del Gran Teatro Falla. La chirigota de Tano firmó una discreta actuación.
El pasodoble, en cambio, sí tenía un bello soniquete que sirvió, en el primer caso, para lanzarle a Cádiz un bonito piropo. En la segunda letra defendieron el modelo de carnaval actual frente a aquellos que pretenden cambiar el concurso y diferenciaron entre quienes “cantan por pasión” y quienes lo hacen “por dinero”.
Los cuplés, por su parte, estuvieron faltos de gracia: a Chabelita y a un robot.