Hoy primer Viernes de Cuaresma quiero traer a colación un hecho curioso que se celebra en la Catedral de Sevilla desde 1695.
Como todos saben el Carnaval es una fiesta que se celebra en el mundo cristiano desde tiempos inmemoriales, Sevilla no celebra oficialmente esta fiesta, pero eso no es óbice para que miles de sevillanos se trasladen a la capital gaditana en esos días.
En esos días previos de a la cuaresma se sigue celebrando un Triduo completo, como puro desagravio a esta fiesta pagana para la Iglesia Católica y en el que se supone de la victoria de Doña Cuaresma sobre Don Carnal.
El origen de este Triduo que se sigue celebrado en la Seo sevillana es un fiel reflejo de amor que sienten los sevillanos hacia sus más profundas tradiciones.
Todo arranca en 1695 cuando el caballero veinticuatro Francisco de Contreras y Chavez dejó sus bienes a la catedral en su testamento de 1679 para que, una vez fallecida su esposa, Ana María Veldaza, se celebrase un triduo de Carnaval tan solemne como la OCTAVA a la Inmaculada.
Francisco de Contreras murió en 1682 y su mujer en 1691.
La herencia era insuficiente para celebrar esa fiesta y la catedral hispalense añadió lo que faltaba.
Desde ese año de 1695, se celebró en Carnaval, el Triduo se sigue celebrando anualmente.
El Triduo es denominado de Carnestolendas y en los tres días se pondrá de manifiesto el Santísimo, con turno de vela de las Hermandades sevillanas.
Todos estos actos están organizados por la Real Congregación de Luz y Vela.
En este Triduo participan los Seises, como también lo hacen en la Octava del Corpus y en el de la Inmaculada Concepción.
Realizan una danza sagrada delante del Santísimo, con la peculiaridad de que lo hacen tocados con un sombrero de plumas.Tienen esa dispensa cuando lo normal es destocarse ante el Santísimo Sacramento del Altar.
No se sabe cuándo empezaron a bailar los Seises de la Catedral de Sevilla, pero hay referencias de esto desde principios del siglo XVI y lo hacían los niños de manera esporádica e imprecisa durante la procesión del Corpus.
En el siglo XVII esa costumbre se convierte en una tradición cristiana de la ciudad sevillana para que siempre se produzca dicha danza con los niños en el Corpus.
En 1654 se decide dotar a la festividad de la Inmaculada de ese honor y en 1695 se hará lo mismo con el Triduo del Carnaval.
El traje de los Seises es muy llamativo, con detalles dorados, mallas, pantalones abombados, chaquetillas y sombreros con .
Como curiosidad, el traje incorpora detalles de color celestes en la festividad de la Inmaculada Concepción de María el 8 de diciembre.
Merece la pena verlos danzar porque es algo verdaderamente emotivo.
Sirvan estas líneas para desear a todos los cofrades de la ciudad que esta Cuaresma les sea completa.