Comprender sí comprendo el veranito que nos hemos pasado todos. No se recuerda una cosa así en muchos años, no nos ha dado tregua. No nos ha dejado ni pensar.
Por la mañana, por la tarde y qué me dicen por las noches. ¡Ah, las nochecitas de 30 graditos! Pero eso no ha sido óbice para que haya sido un verano loco de pasos en la calle. Aquí a nadie les molesta el calor y hablo de nuestra tierra, Andalucía, para organizar cualquier evento, con cualquier pretexto para poner pasos en la calle. Aquí vale todo: no lo comprendo. Este año ha sido el que la Iglesia ha establecido y denominado AÑO DE LA MISERICORDIA, el año que viene veremos cómo lo denominamos: año de la Piedad, de la Caridad, de la Fe, de las Hermandades o el año de los costaleros. ¿Por qué no? Quien me sigue desde hace años, sea por este medio o anteriormente por la radio, sabe de mi respeto y defensa a ultranza de las Hermandades, tanto de penitencia como de gloria. Pero creo que esto se ha pasado de rosca; no lo comprendo. Aquí vale cualquier excusa, cualquier efemérides para montar en un plis-plas una Magna.
Al fin y al cabo estos son los que mandan desde hace años en nuestra Semana Santa. Ya el nombramiento de un capataz es más noticia que la restauración del titular de la Hermandad; fíjense en Sevilla, como no, que la destitución de Antonio Santiago en la Hermandad de la Paz ha dejado, ya no ríos de tinta, sino miles de twits y mensajes en las redes sociales, que son los que parten el bacalao ahora. Ayer este mismo señor ha sido destituido de mi querida hermandad de Los Negritos. Ni les digo la que se ha liado en Sevilla. ¿Mandan ellos o no? Mandan y gritan cada vez más al levantar o arriar un paso y ¿ se han fijado cómo contestan los costaleros de la trasera?, fíjense bien, podrían participar en el récord Guiness de quién mantiene el sostenido más largo. En fin, como dije al principio, que no lo comprendo.
Esto se ha desmadrado de una manera que no sé quién lo va a arreglar. Que indudablemente es una fuente de riqueza, eso es indudable. Recuerdo como anécdota la pugna que tuvimos en la fenecida Radio Puerto con motivo de la salida extraordinaria de la Hermandad del Olivo por su 50 aniversario, creo, con los hosteleros de la zona. No entendían eso de un paso en pleno mes de Agosto por la calle Misericordia a las 10 de la noche. Incluso hubo empresarios que retiraron la publicidad que tenían en la emisora. ¡Indignados estaban! Cuando pasó el evento, no abrieron la boca. Aumentaron el doble la caja. De todas formas y con el respeto que me merecen, repito, todas las hermandades, sigo sin comprender esta avalancha de pasos en la calle, no nos lleva a ninguna parte.