Conozco a Juan Luis desde hace más de 40 años, desde sus tiempos en Osborne donde era compañero de mi padre.
Cofrade de toda la vida y perteneciente a la ahora franciscana Hermandad de los Afligidos, ya a los 6 años sale en su hermandad, donde llega de la mano de su padrino y primo Juan Péculo, aunque Juanlu, como es conocido en los ambientes cofrades, no era vecino de aquella parte de El Puerto, ya que él nace en la calle Cruces, se integra en la Hermandad del Lunes Santo desde un principio. Lleva perteneciendo a dicha corporación 60 años.
Ha pasado por todos los cargos que puede tener una cofradía, ha hecho de todo, pero desde un principio se siente capataz y ha cumplido 35 años al frente del martillo, no solo de sus queridos titulares ha sido capataz, además lo ha sido de la Amargura, el Flagelado, la Soledad y como no también de la Virgen de la Piedad, la reina del Martes Santo, como él la denomina. Tiene también el honor de tocar el llamador del paso de la Custodia del Corpus, de lo cual se siente muy orgulloso.
Sé que en el fondo de su alma le queda la espinita de ser capataz de otra de sus devociones, la Amargura de Sevilla, desde hace años le une una gran amistad con el capataz de Ella, Alejandro Ollero.
Raro es que Juanlu no se traslade a Sevilla cuando la Hermandad de San Juan de la Palma celebra algún acontecimiento y si sus ocupaciones se lo permiten, es difícil que no asista a presenciar cada Domingo de Ramos a la primera Dolorosa coronada en Sevilla.
No se puede negar que Juan Luis es un cofrade integro que siempre se ha desvivido sobretodo con su hermandad de los Afligidos, no puedo olvidar también su amor hacia la Virgen del Rocío.
Reconozco que he aprendido muchas cosas del mundo de las trabajadoras con él, con sus charlas y recuerdo hace algunos años ya muy tarde en Sevilla un Viernes Santo con la recogida del Cachorro, como me explicaba los pormenores del andar de los costaleros de este soberbio Crucificado por la Calle Castilla.
Ni decir tiene que aquí en su ciudad ha creado verdadera escuela, por él han pasado muchísimos costaleros, una verdadera legión, a todos los ha mimado con un cariño excepcional y ellos siempre, antes y ahora lo han querido como si fuera un padre, siempre les ha dado a estos jóvenes su sitio, no conozco a ninguno del que haya salido una mala palabra hacia él; ha habido problemas como en cualquier lance de la vida, pero el trato entre todos ha sido siempre de verdadera categoría.
Categoría que no ha demostrado la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Misericordia que lo ha puesto de patitas en la calle con una llamada telefónica. No creo que el veterano capataz se merezca este final, después de pasear a la señora de la Piedad durante 26 años, y no solo por eso sino por su trayectoria como capataz y como cofrade, las cosas no se hacen así.
Y todo por poner delante del paso a un auxiliar de capataz de Sevilla, que como es natural no ha visto un paso de El Puerto ni en pintura; esto me recuerda al Consejo de nuestra ciudad cuando años atrás nombraba pregonero al primero que se cruzaba en la esquina.
No sé que se le habrá pasado por la cabeza a esta joven Junta. El hecho de que estos señores sean de Sevilla, no es de justicia con la forma de proceder que se ha tenido con un señor, que aparte de ser amigo es un cofrade desde los pies a la cabeza.
‘Llamador de Plata’ en el 2009
El programa de Radio Puerto ‘Llamador’, presentado por Ángel García y José A. Pomares, entregó a Juan Luis el ‘VI Llamador de Plata’ por su trayectoria.